Éxodo de salteños en Bolivia el finde: aprovecharon la caída del peso boliviano

Durante el último fin de semana largo, miles de salteños y visitantes de otras provincias invadieron el sur de Bolivia para realizar compras, dejando una millonaria inversión en las localidades fronterizas de San José de Pocitos y Yacuiba. La postal recordó los años del "uno a uno" en la década del 90, cuando los tours de compras eran frecuentes y la frontera norte estallaba de visitantes.

Aunque esta vez no llegaron grandes ómnibus, la cantidad de vehículos particulares y camionetas colmó la capacidad de Salvador Mazza, especialmente en las inmediaciones del puente internacional. La falta de lugar para estacionar derivó en un fuerte aumento de precios en las playas de vehículos, que elevaron sus tarifas de 500 a 1000 pesos argentinos por hora, sin que eso desanime a los visitantes, según informó ElTribuno.

Con un tipo de cambio que favorece ampliamente a los argentinos -actualmente el peso boliviano se cotiza a alrededor de 12,50 por cada $1.000 peso argentino-, los turistas aprovecharon para comprar ropa, calzado, alimentos, productos de limpieza y hasta electrodomésticos. "El año pasado el cambio estaba a 6, ahora está a más del doble. Nuestra moneda vale mucho más", relató a ElTribuno una comerciante salteña que revende productos en el Valle de Lerma.

Los ejemplos son contundentes:

• Un par de botas de marca brasileña, de alta calidad, a 300 bolivianos (unos 24.000 pesos argentinos).

• Seis repasadores a 30 bolivianos (2.400 pesos argentinos).

• Zapatillas deportivas para niños a 120 bolivianos (menos de 10.000 pesos).

Además, la comida en Bolivia fue otra gran tentación: restaurantes, comedores y copetines al paso ofrecieron platos a precios hasta cuatro veces más bajos que en cualquier ciudad argentina.

La mayoría de los compradores utilizó el puente internacional, único paso legal habilitado. Sin embargo, también se observaron numerosos cruces clandestinos a través de senderos no autorizados, especialmente para el traslado de gaseosas, artículos de limpieza y aparatos electrónicos.

Aunque el Gobierno nacional anunció la implementación del Plan Roca, que incluye el envío de fuerzas militares para reforzar el control fronterizo, los conocedores de la zona sostienen que estas medidas suelen tener impacto limitado en el tiempo y que mientras el peso boliviano continúe devaluándose, la tendencia al consumo fronterizo persistirá.

Lo cierto es que, una vez más, la economía regional mostró su dinamismo ante el abismo de precios entre ambos países, y el sur de Bolivia volvió a ser, como hace décadas, un polo comercial impulsado por el poder de compra argentino, según publicó ElTribuno.