El capricho del gremialista Serrudo de no querer jubilarse llegó a los medios nacionales

La decisión del intendente Emiliano Durand de firmar la jubilación de Pedro Serrudo, secretario general de la Unión de Trabajadores Municipales (UTM), sigue generando repercusiones. El caso ahora llegó a los principales medios del país, que titularon con dureza contra el sindicalista de 77 años, que desde 1993 gozaba de licencia con sueldo sin presentarse a trabajar en la Municipalidad.

• La Nación lo presentó con el título: "Un sindicalista salteño que estuvo 30 años sin trabajar fue obligado a jubilarse: ‘La ley es igual para todos'".

• Clarín, en tanto, fue tajante: "Un sindicalista salteño llevaba 30 años sin ir a trabajar y debió ser jubilado por decreto del intendente".

El dirigente bajo la lupa

La cobertura nacional no solo replicó el caso sino que lo planteó como un ejemplo de cómo, en Argentina, ciertos dirigentes sindicales se refugian en sus gremios para mantenerse en el poder, proteger privilegios económicos y esquivar las obligaciones legales que rigen para cualquier trabajador.

"Se trata de un dirigente que durante décadas utilizó su rol sindical para blindarse y mantenerse en la estructura municipal, mientras miles de trabajadores debieron ajustarse a las reglas de jubilación comunes", señalaron analistas consultados en medios porteños.

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El mensaje político detrás del caso

La intervención del intendente Durand y el fallo judicial que avaló la jubilación obligatoria marcan un precedente. No solo porque Serrudo representaba a uno de los gremios más importantes del municipio, sino porque su situación desnuda cómo se enquistó un modelo sindical que priorizó intereses personales por encima de los trabajadores.

En Salta, la medida ya generó repercusiones en otros gremios, pero ahora el eco nacional amplificó el escándalo. Lo que hasta hace días era un debate provincial, hoy se convirtió en una muestra de la impunidad con la que algunos dirigentes lograron perpetuarse durante décadas.