El acoso callejero será castigado con hasta 20 días de cárcel o multa en Salta

La Legislatura provincial saldó ayer una deuda pendiente en materia de violencia de género. Una vez que lo promulgue el Ejecutivo, el acoso callejero podrá sancionarse con hasta 20 días de prisión. Esto ocurrió gracias a que el Senado aprobó una modificación al Código Contravencional de Salta e incorporó el artículo 115 a la Ley 7.135.

Pasaron tres años desde que el proyecto de endurecimiento de sanciones para los acosadores callejeros tomó estado parlamentario. En 2018 quedó cajoneado y este año volvió a reflotarse hasta lograr su reciente aprobación.

El texto aprobado establece lo siguiente: "Será sancionado con arresto de hasta veinte días o multa de hasta veinte (20) días, quien en espacios públicos o privados de acceso público despliegue conductas o acciones, físicas o verbales, con connotación sexual, en contra de cualquier persona, que de manera directa o indirecta afecte o perturbe su vida, dignidad, libertad, integridad física o psicológica o la libre circulación, creando en ellas intimidación, hostilidad, degradación, humillación o un ambiente ofensivo, siempre y cuando el hecho no configure delito".

La única mujer que tiene hoy por hoy el Senado, Silvina Abilés, explicó sus sensaciones tras la sanción de la norma: "Es un proyecto que había venido en su momento desde Diputados y se aprobó en 2018. Se modificó y se lo envió nuevamente Diputados, que lo dejó vencer. Hoy nuevamente lo presentan con las modificaciones que en su momento el Senado había propuesto. La verdad que es una deuda que tenía la Legislatura de poder legislar sobre este tema".

"Se sancionan las conductas públicas o privadas en los cuales se intimida a las personas. Se puede intimidar de manera verbal, con gestos, es lo que comunmente a veces se entiende en la cultura como piropos. En realidad puede molestar al hombre y a la mujer. Según informes, a partir de los 10 años la mujer ya comienza a ser víctima de acoso sexual, de piropos, y la pone realmente en una situación muy grave porque la mujer empieza a modificar sus conductas. Deja de ir por los mismos lugares, cambia sus horarios, se viste de otra manera porque cree que ella es la que provoca esto. Lo que legislamos hoy es la libertad de poder circular sin tener que sufrir presiones ni acosos", agregó Abilés.