Salieron a la luz unos chats que podrían cambiar todo el caso de la policía fallecida

A un año del fallecimiento de Agustina Camila Casco, una joven oficial de policía de 21 años que murió tras recibir un golpe durante un entrenamiento en la Escuela Juan Vucetich, el caso sigue sin detenidos. Este jueves, una nueva testigo declaró ante la Justicia, aportando detalles que intensifican las sospechas de encubrimiento en torno a su muerte.

Ivana Antonela Gómez, cuñada de Agustina, relató que la joven había compartido con su familia que había sufrido golpes durante las prácticas en la escuela. Incluso mostró fotos en las que se veían moretones, aunque en ese momento no despertaron alarma. "A mí me llamó la atención porque cuando hice el entrenamiento ahí, las técnicas no dejaban marcas", recordó Gómez, sugiriendo un exceso de violencia en las prácticas.

El día de su muerte, Agustina se descompensó tras participar en las elecciones. Fue llevada primero a una salita, donde detectaron líquido en su abdomen, y luego a la Clínica Provincial de Merlo, donde finalmente falleció por una hemorragia interna. Durante su hospitalización, la familia notó una constante presencia de policías custodiándola y retrasos en la información que se les brindaba.

La testigo también señaló irregularidades en los procedimientos posteriores. Según Gómez, el turno para la autopsia se otorgó de manera inusualmente rápida, sin contar con la historia clínica completa, algo que calificó como "muy raro". Además, mencionó la presencia del director de la Escuela Vucetich en el lugar, quien habría intentado minimizar la relación entre el golpe y la muerte de la joven.

"Noté mucha preocupación del director por quedar bien, estaba muy presente con la familia", agregó Gómez, quien también comentó que la familia observó cambios preocupantes en Agustina en sus últimos días, como una notable pérdida de peso y un mal estado anímico.