Conmoción

Aumenta la desesperación por Rosmery: nueva detención y testimonios que no cierran

El pasado 17 de enero, Rosmery Aramayo Torres salió de Salvador Mazza rumbo a Yacuiba junto a su pareja José Eduardo Miranda. El hombre regresó solo y cambió su relato varias veces. También cayó detenido el hijo del hombre.

La desaparición de la comerciante Rosmery Aramayo Torres, quien se encuentra ausente desde el 17 de enero, continúa sumergida en un mar de contradicciones y versiones que crecen las dudas sobre lo sucedido en los días previos a su desaparición. El principal involucrado, José Eduardo Miranda, esposo de Aramayo y padre de José Alfredo Miranda (detenido recientemente), ha dado versiones que, a medida que avanzan las investigaciones, parecen alejarse cada vez más de la verdad.

El 17 de enero, Aramayo había salido de su casa en el barrio Ferroviario de Salvador Mazza, acompañada por su marido, en la camioneta familiar, con el propósito declarado de ir a la localidad boliviana de Yacuiba. Sin embargo, ese mismo día, José Eduardo Miranda regresó solo, asegurando que su esposa se había ido por su propia voluntad, tras manifestarle su intención de terminar la relación.

Este primer relato fue rápidamente desmentido por las cámaras de seguridad, que mostraron el vehículo en dirección contraria a la que había indicado Miranda, es decir, hacia la ciudad de Tartagal. Ante la presión de las pruebas, Miranda cambió su versión, asegurando que, en lugar de Yacuiba, habían viajado a Campo Durán, a poco más de 21 kilómetros de Salvador Mazza. Según su relato, Aramayo habría resbalado y caído al agua en un sector conocido como Pozo la Yegua, y él no pudo ayudarla porque no sabe nadar.

Sin embargo, esta segunda versión también fue puesta en duda. Testimonios recabados durante la investigación refieren que José Eduardo Miranda sabe nadar, lo que contrasta con su relato sobre la imposibilidad de socorrer a su esposa. Además, y lo más grave, es que Miranda no mostró interés en colaborar con la búsqueda de su esposa, negándose a indicar el lugar exacto donde supuestamente ocurrió la caída. Esta actitud generó sospechas adicionales sobre su implicancia en la desaparición de Aramayo.

En cuanto a los testimonios de los hijos mayores de Aramayo, que no son hijos de José Eduardo Miranda, se han sumado nuevas inquietudes. Ellos afirman que José Alfredo Miranda, hijo de la desaparecida, habría escuchado una confesión de su padre sobre lo que realmente sucedió con su madre, lo que refuerza las sospechas sobre el rol de José Eduardo Miranda en la desaparición.

A medida que avanzan las investigaciones, la fiscalía continúa recolectando testimonios y buscando respuestas. Los operativos de búsqueda se han extendido a zonas del Chaco salteño, en áreas cercanas al Rancho El Ñato, sin resultados positivos hasta el momento. Mientras tanto, el pedido de detención de José Alfredo Miranda, a quien se le ha relacionado con posibles nuevas evidencias, agrega un nuevo giro a este caso que mantiene en vilo a la región.

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Comentarios

  • Maria

    Fue a venderla en Bolivia que bien por la justicia de salta

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    • Uh

      Policias de Baddo red de prostitucion

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