Matías Isola

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Salto con garrocha, el deporte preferido de algunos políticos salteños

El cierre de listas dejó en evidencia a varios dirigentes que saltaron de una vereda a la otra como si nada.

"No estoy de acuerdo con las dobles candidaturas, no se puede patear el córner y cabecear", había declarado el 30 de junio de este año Miguel Nanni. Un par de semanas después, el dirigente radical confirmaba su precandidatura a vicegobernador en fórmula con Alfredo Olmedo. Eso sí, su candidatura a diputado nacional sigue en pie y buscará renovar su escaño en la Cámara Baja. ¿Qué hará en el caso de ganar en ambas categorías? ¿Con qué cargo se quedará? No parece muy serio que digamos. Lo mismo aplica para Sergio Leavy: actualmente diputado nacional, candidato a senador nacional y precandidato a gobernador.

Toda una síntesis de lo que fue el cierre de listas en Salta. Abundaron los "saltos de vereda", las dobles candidaturas y la falta de coherencia. Una vez más, el viento sopló fuerte y se llevó las palabras. Afortundamente existen los archivos, más allá de que varios políticos no se den por aludidos. Resta saber si los votantes tomarán nota de tamaña particularidad o si en definitiva ya naturalizaron lo que debería ser una anomalía. El próximo 6 de octubre los sabremos a ciencia cierta.

Otro exponente destacado del "salto con garrocha" fue David Leiva. El concejal será precandidato a intendente por el Frente de Todos, pese a que su partido Memoria y Movilización adhiere al frente de "Sáenz Gobernador". Una decisión difícil de explicar ante el confundido electorado. El artista coqueteó hasta último segundo con un espacio, pero finalmente cerró con otro. "Epa che", se escuchó en los pasillos del Tribunal Electoral el sábado por la noche. "Mi límite era el PRO", se justificó Leiva días después. Un poco tarde.

Los partidos políticos atraviesan una severa crisis y eso repercute directamente en el armado de frentes y listas. Los resultados están a la vista. Los candidatos saltan de una vereda a la otra en busca de garantizarse la continuidad en los cargos públicos, sin importar las formas. Por ese motivo se puede asegurar a esta altura que los ciudadanos votan personas y no partidos. Antes prevalecían las ideas, los proyectos y los programas. La identidad, la coherencia y el sentido de pertenencia parecen ser valores que ya no cuentan en la política. O que escasean en la mayoría de los espacios. Si no ganan las elecciones, varios dirigentes ya están para los Juegos Olímpicos de Tokio. El salto con garrocha es su deporte preferido. 

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