La nueva política en Salta: dogmas rotos, una generación que irrumpe y una convicción que no se negocia
La generación del '23 fue una generación que rompió con todos los dogmas existentes acerca de la juventud política que habían estado vigentes durante los últimos 40 años, desde la vuelta de la democracia.
Durante años, muchísimas generaciones de jóvenes estuvieron imposibilitadas de participar en política debido al pensamiento general de que la política es solo para los adultos, para aquellos que tienen plata o para los que quieren robar. A nivel popular, esto se consolidó como un dogma que alejó a los jóvenes de participar en ella, debido a que la ecuación era: política = nepotismo. Este pensamiento fue creado por los mismos políticos que -la gran mayoría, no todos- fueron llanamente corruptos, encargados de ensuciar una vocación tan necesaria y útil como lo es la política.
La pérdida de confianza de la gente, la corrupción, una burocracia ineficiente, un manejo oscuro de las famosas "cajas" y el personalismo hicieron que todos aquellos jóvenes que en algún momento hubiesen deseado ingresar en política, años atrás, lo vieran imposible. Incluso, muchas personas que lo veían como una opción o una vocación, terminaban descartándola debido al mundo nefasto y a la mala percepción que existe sobre la gestión pública.
Sumado a esto, el nepotismo político existente hacía que una de las frases más populares y repetidas fuese: "Tenés que tener algún familiar o algún gancho para poder laburar en el Estado", desmereciendo a toda aquella persona que haya realizado la meritocracia correspondiente para poder obtener un lugar dentro de la gestión pública.
Sin embargo, y a pesar de todo este panorama oscuro que ha existido en la provincia, hubo una generación de jóvenes que decidió involucrarse en política y que tuvo su "bautismo de fuego generalizado", por decirlo de alguna manera, durante las elecciones presidenciales de 2023. Fue allí donde la provincia de Salta vio cómo confluyeron y cómo nació una nueva generación de jóvenes líderes políticos de todos los espacios que existen en la provincia. Se formalizaron excelentes debates durante la campaña del 2023 para discutir ideas y el futuro del país. Salta, en ese sentido, fue un modelo de democracia, un modelo de libre albedrío y un nuevo modelo de generación de jóvenes políticos involucrados con una convicción tan grande que seguramente van a dar de qué hablar durante varios años.
Porque, si algo puedo asegurar, es que aquellos que están en política desde jóvenes son los que realmente aman la política, los que realmente la ejercen con profesionalismo y los que realmente quieren el bienestar del pueblo.
La generación del '23 fue una generación que rompió con todos los dogmas existentes acerca de la juventud política que habían estado vigentes durante los últimos 40 años, desde la vuelta de la democracia.
Ahora, muchas de estas figuras que fueron partícipes de la generación del '23 tendrán su bautismo electoral en las elecciones legislativas provinciales de este año, que se celebrarán el 11 de mayo, ocupando importantes roles en las listas de diputados, convencionales constituyentes y concejales. Estos jóvenes han demostrado, por medio de la meritocracia, la militancia, la convicción y el amor por la política, que son merecedores -más que nadie- de los lugares que ocupan en la boleta electoral.
Lamentablemente, no podemos decir lo mismo de todos los candidatos de esta provincia, ya que hay algunos que solamente aparecen en época de campaña y después se desaparecen hasta nuevo aviso, siempre para ser "planta votos" y cobrar la "platita" por haber participado de las elecciones.
Yo soy de aquellas personas que cree firmemente que siempre se debe hacer política, independientemente de si se tiene o no un cargo electo. Vivimos en una democracia donde existen los mecanismos necesarios para la presentación de proyectos e, incluso, contamos con una herramienta tan poderosa como lo es el consenso, ya que siempre habrá algún político dispuesto a escuchar ideas nuevas y proyectos que le sirvan a la ciudadanía. Luego, si se llevan a cabo o no, es otro tema -muchas veces pueden resultar en un "cajoneo" prolongado-, pero uno nunca pierde nada con querer hacerle un bien a su pueblo. La intención, al menos, del ciudadano honesto y comprometido, siempre estará.
Hoy más que nunca, Salta necesita una política hecha con el corazón, con ideas y con coraje. La generación del 2023 no solo irrumpió en el escenario político, sino que marcó un antes y un después. Demostró que se puede militar con honestidad, competir con convicción y soñar con una provincia más justa sin caer en los viejos vicios del poder.
Estos jóvenes no heredaron un espacio: lo construyeron. No ocuparon un lugar por acomodo: lo ganaron con esfuerzo, coherencia y compromiso real. Y eso, en tiempos donde muchos solo aparecen para figurar en las boletas, es una señal clara de que algo está cambiando.
Por eso le pedimos a la sociedad que se informe bien sobre quiénes están en la boleta. Y si ven que el rango etario es bajo, pongan su voto ahí: va a ser el voto más honesto de todos, independientemente del espacio político al que pertenezcan.
La política está dejando de ser un lugar para unos pocos y un club cerrado de los poderosos. La democracia se fortalece cada vez más en Salta gracias a estos jóvenes, porque cuando la política se hace con amor por el pueblo y no por amor al poder, todo cambia.
Y el futuro de nuestra provincia, por fin, empieza a escribirse en serio.