El resultado del domingo desdibujó el final de ciclo de Urtubey en Salta

Crónica de un final anunciado. Así podría definirse la magra elección de Consenso Federal el pasado domingo. Los candidatos salteños sufrieron en carne propia la fuerte polarización entre macristas y kirchneristas y obtuvieron pésimos resultados: no ganaron ninguna banca en juego. El ejemplo más elocuente fue Pablo Kosiner, quién no pudo renovar en Diputados y volverá al llano al menos hasta 2021. Los candidatos del frente no pudieron o no supieron imponerse a la lógica de la grieta y quedaron muy relegados en la consideración del electorado.

Al margen de la explicación nacional, existe otra lectura que deber hacerse y tiene que ver con lo provincial. Los resultados también significaron una dura derrota para el gobernador Juan Manuel Urtubey. Consenso Federal quedó tercero en Salta en las presidenciales y no ganó en ningún departamento (ni siquiera en Los Andes donde se impuso en las PASO). El voto útil hizo que votantes de Roberto Lavagna migren hacia Mauricio Macri y de esta forma el espacio perdió un notable caudal de votos.

Urtubey no fue profeta en su tierra y deja la gestión con un poder deshilvanado. De las tres bancas en juego en el Senado, dos pertenecían a su riñón: Rodolfo Urtubey y Cristina Fiore. Lo mismo en Diputados: Kosiner y Javier David. Los cuatro escaños serán ocupados de ahora en más por legisladores de otras expresiones políticas. ¿Faltó respaldo de Urtubey? ¿Faltaron fondos para la campaña? ¿Hubo un error de estrategia? ¿Se podría haber hecho más? Son preguntas que quedaron picando. A priori era difícil romper con la grieta, pero no se esperaban resultados tan negativos.

En Salta finaliza una era política y comienza otra. El liderazgo territorial indiscutido de Urtubey llegó a su ocaso en este semestre con los resultados de las elecciones provinciales y nacionales. El actual gobernador no designó ningún delfín para sucederlo y eso abrió el juego con una dinámica diferente. Con el vía libre, la coalición gobernante se disolvió y los partidos terminaron atomizados: el PRS se fue con Alfredo Olmedo, el PJ con el Frente de Todos, Libres del Sur con el Frente de Todos y el Frente Plural con Gustavo Sáenz. Por citar algunos ejemplos.

Queda claro que el dique de contención del frente gobernante era Urtubey. Su figura aglutinaba y encolumnaba a la tropa. Finalizada esa etapa, se producirán reacomodamientos y habrá una nueva configuración política y de poder en Salta. Emergerán nuevos liderazgos a partir del 10 de noviembre. Mientras tanto, la era del urtubeycismo pasará a otro plano. Restará saber cuál será el proyecto político de Urtubey y su estrategia desde el llano, ya que no ocupará cargos ni ejecutivos ni legislativos en el corto y mediano plazo. ¿Aparecerá el 2023 en el horizonte? ¿Irá por la presidencia? ¿Seguirá en pie Consenso Federal? Por una cuestión generacional, Urtubey se posiciona como el principal referente de ese espacio a futuro que por el momento quedó lejos de seducir a los electores. El domingo pasado quedó a la vista.