Emi Alonso

Columnista
Sin clientes no hay trata

Indiferencia y Trata de Personas: la continuidad del calvario

Diversos casos revelaron una cruel realidad en la restitución de derechos: más penas y olvidos.

En los últimos días se dieron a conocer casos de una complejidad particular. La coincidencia no solo alcanza a testimonios, sino que también fueron tratados de la misma manera por los funcionarios a cargo. La Trata de Personas es un delito federal, y su principal característica es la completa destrucción de la vida de aquellos que caen en manos de estas redes.

Sin la intención de señalar complicidades, resulta llamativo como aquellas víctimas que son rescatadas del horroroso mundo de la trata, viven la paciencia de "trabajadores del Estado" que terminan la tarea de destrucción, a raíz de la inacción y/o la eterna burocracia.

Una víctima me dijo "camino por una línea si no me mata la justicia de un lado, del otro me mata la mafia", tras esto fue imposible hacer caso omiso al evidente olvido al que la habían condenado. Quienes nunca sufrieron condena alguna fueron sus tratantes, ya que las causas suelen no avanzar y se suma el desinterés de las fiscalías que deberían intervenir, sellando un implícito pacto de impunidad.

A esto se suma el aprovechamiento de desacreditar testimonios y hasta a señalar de "loca" a quien cuenta las vivencias de los años en cautiverio, en ningún momento parecen haber pensado los daños que pueda esto causar, incluso a sabiendas de que de un lado se escucha un testimonio, mientras que la víctima revive una y otra vez el momento al contarlo. Sobre esto se preguntan "¿que pasaría si les habría tocado a ellos o a un ser querido?"

Sentados en una oficina más grande que la pieza donde la víctima espera que se restituyan sus derechos, puede resultar difícil comprender la desesperación, el miedo, y el horror de una vida robada en la temprana adolescencia. Lejos de sonar redundante, la violencia institucional lastima, la indiferencia mata.

La rigurosidad no cabe en la comodidad de la respuesta "está todo presentado". La opinión pública expuso una vez más deficiencias generalizadas, que toman este caso como ejemplo, pero se reproducen en incontables casos, donde los Derechos Humanos en Derechos Humanos, dejan sabor a poco.

La pregunta que cabe hacernos es "¿resulta necesario el calvario?" No. La ley 26.364, para el caso de las víctimas de la Trata de Personas, va más allá de "informes presentados", en su Artículo 4 detalla cuales son las obligaciones que se deben tener en cuenta para una correcta restitución de derechos, podemos señalar por ejemplo "recibir alojamiento apropiado, manutención, alimentación suficiente, recibir capacitación laboral y ayuda en la búsqueda de empleo, y recibir asistencia psicológica y médica gratuitas, con el fin de garantizar su reinserción social, entre otras cosas".

La creación de una Secretaría de Asistencia a las Víctimas de Trata en la Provincia, debería ser garantía del cumplimiento de esta ley, en teoría. En la práctica y particularmente en este caso, ha causado más penas y olvidos.

Una importante referente en la lucha contra la trata que también fue víctima me explicó certeramente "el problema nos toca a todos, vienen por nuestras hermanas, nuestras hijas, y nuestras nietas". Aún queda mucho por informar y por investigar, la Justicia pide pista y podríamos embarcarnos en un cambio profundo, en un paso a la verdad.

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