Acusan al intendente Guerra por el violento desalojo a una comunidad guaraní

Momentos de tristeza y mucha tensión se viven en Colonia Santa Rosa. En plena pandemia, aun bajo el lema "Quedate En Casa", una comunidad originaria fue desalojada violentamente, en el procedimiento varias personas resultaron heridas.

"La orden de desalojo viene de parte del intendente Jorge Mario Guerra", manifestó el cacique de la Comunidad Cheru Tumpa, quien resultó herido por una viga durante el desalojo.

Con la complicidad de todos los actores, cerca de 90 familias quedaron en la calle. El predio era un baldío colindante con el Asentamiento Gauchito Gil, en el que algunos pudieron emplazar precarias viviendas para subsistir. Lejos de dar una solución, el cuestionado jefe comunal, avaló la represión.

Aun cuando atravesamos una pandemia, los casos de coronavirus se incrementan y Colonia resulta una de las localidades más afectadas, el juez Oyarzu intimó a 5 personas "a retirar todos los bienes muebles que ellos hubiesen ingresado al lugar o adherido al suelo".

Según informó Pagina 12, además de los cinco ocupantes notificados con nombre y apellido, es extensiva "a las personas que de ellos dependan, que integren su grupo familiar, con los que mantuvieren ostensible trato familiar" e inclusive a quienes "se encuentren de algún otro modo vinculados" a ellas.

"Son cantidad de gente, cantidad de niños, fue horroroso ver la gente como desarmaba sus casas, gente llorando, gente desesperada. Una tristeza", expresó Marina Balverdi, referente local.

Ceballos, el cacique, resultó con una herida en la cabeza. Contó que en el operativo estaba el mismo comisario de la represión de julio, que ya entonces lo buscaba para detenerlo. Dijo que se le acercó: "Ah, vos sos Ceballos", le dijo apuntándolo con el dedo. Luego "me hostigaba, me presionaba y yo me puse nervioso y estaba golpeando una madera cuando de pronto se me cayó un tirante en la cabeza y me hicieron cuatro puntos". Cuando volvió del hospital "estaban desarmando las casas los agentes policías, a patadas, con hachas, con lo que sea, burlándose de la gente".

"Ha sido algo terrible hoy lo que pasamos. No respetaron ni siquiera a la gente anciana", expresó.

Ceballos sostuvo que quieren pagar por los terrenos. "Nosotros tomamos esas tierras porque hace ya más de veinte años que estaban abandonadas, eran un nido de delincuentes, era un basural a la vuelta del galpón de Manero", describió. Recordó que "en ese monte ha habido violaciones", ahí se desarmaban motos robadas, y ahora que está limpio", la propietaria envió a Juan Pablo Saravia, de una inmobiliaria, "y nosotros queremos llegar a un acuerdo para pagar".