Los medios les ganaron a las estructuras

"Una paginita no me mueve el amperimetro", dijo semanas atrás el hasta hace unas horas el superpoderoso Freddy Llaya que dejará la intendencia después de 20 años en Embarcación, un pueblo sumido en la pobreza y miseria extrema. 

La definición en diversas variantes fue muchas veces repetidas en diversos círculos íntimos por el patrón y jefe de los intendentes del norte. Desvergonzados contaban los millones de pesos que se gastarían para ganar una elección más. Un modus operandi lamentablemente corriente en el interior de la provincia. 

Pero los medios hicieron su trabajo. Y sus pueblos los castigaron en las urnas y dijeron basta. Que Pasa Salta fue punta de lanza de muchas denuncias contra intendentes del interior. La realidad era indignante. Intendentes vitalicios, inexplicablemente ricos y pueblos sumidos en la pobreza. Lo último, una clara consecuencia de lo primero. Intendentes ricos, pueblos pobres. 

Las estructuras, el clientelismo, las prebendas, los incalculables recursos no alcanzaron y la realidad golpeó duro a los "impresentables" como hace más de dos años calificó Que Pasa Salta. Hace años era casi imposible pensar en que estos intendentes fueran derrotados. Un estudio del Cippec marca algo alarmante. Desde el 83 para adelante al menos el 80 por ciento de los intendentes son reelectos. Son los dueños de la pelota. 

Hoy y hace cuatro años los medios hicieron su trabajo. Muchas veces en soledad, con los estados municipales en contra, con la complicidad del poder político, judicial y quiénes pretenden mantener el status quo en una provincia con notables y tristes asimetrías. 

Embarcación despertó y dejó afuera a Llaya después de más de 20 años. Julio Jalit que cargaba combustible hasta hace unos años, en la actualidad es uno de los finqueros más importantes del norte. Hoy, dejó de ser intendente en Pichanal. Se acabaron las dinastías de los Pedroza y Talló en Urundel y General Pizarro respectivamente. La paupérrima gestión de Alejandra Fernández en Güemes fue castigada y no seguirá siendo intendenta. En El Quebrachal la misma suerte corrió Nardo García. Como ellos muchos más. 

Desde hace más de cuatro años, los medios, nuestro medio hicieron un gran aporte a la democracia y a la calidad institucional de la provincia. Visibilizaron problemas, denunciaron irregularidades y mostraron lo que no quieren más los salteños. 

Un claro desafío tendrá el próximo gobernador Gustavo Sáenz si es que desea cambiar la historia de Salta y mejorar el sistema político: reformar la Constitución para poner fin a los mandatos indefinidos.