Estudiaba Geología y la empresa que lo contrató lo dejó morir en Cachi

La búsqueda por obtener el máximo rédito de ganancias, es la práctica empresarial por excelencia de nuestro sistema económico. En Salta, el modelo de precarización ha intensificado esta metodología, incluso en las actividades más riesgosas, pues se pretende lograr un costo mínimo, que en este caso tuvo el costo más lamentable que pueda tener.

La explotación minera, ha dado claras muestras de que aparte de las canteras, las empresas implementan otras formas de explotación, contratando estudiantes bajo una supuesta "práctica profesional", y organizar expediciones sin que se apliquen las exigencias básicas. Sin exámenes médicos, y sin Elementos de Protección Personal (EPP).

En el año 2016, la empresa Cardero Argentina S.A., convocó jóvenes a participar de expedición de exploración a la que asistió Lucas Salaberría, él era estudiante de Geología, y le faltaba apenas la tesis para recibirse. Con 27 años, daba sus primeros pasos en el campo, para lo que se preparó gran parte de su vida.

El proyecto minero por el cual se llevaban a cabo las tareas de exploración se llamó "El Quemado", y fue el 7 de noviembre cuando llegaron a Cachi, donde pasaron la noche antes de continuar con el ascenso. Es aquí donde aparece la primera irregularidad.

Como todos los que realizan actividades en montaña lo saben, cada ascenso debe registrarse, ya sea en la fuerza de seguridad con asiento en la localidad o en la propia Municipalidad, hecho que en este caso no se respetó. Cardero Argentina S.A., por ese entonces era subsidiaria de la canadiense Centera Minig Corporation, por lo que se supo, los organizadores de la expedición, aparte de no registrar el ascenso, no contaban con elementos básicos, como ser: un tubo de oxígeno.

A más de 3800 mts de altura, siendo aproximadamente las 8 de la mañana, informan que uno de los estudiantes se descompensó. Recién al mediodía, Gendarmería, el SAMEC y Aviación Civil, iniciaban el procedimiento de rescate, cuando notificaron el deceso del mismo.

"Quiero que al menos la tragedia de mi hijo ayude a que las empresas no se aprovechen de los chicos que están desesperados por trabajar", sostuvo Roberto, padre de Lucas, esperanzado en que el lamentable destino de su hijo sirva de ejemplo en contra la precarización laboral.

Más tarde, la Justicia salteña avanzaría de un modo bastante incompleto, ya que no imputo a todo el directorio de la empresa, sino solamente a Mario Luis Castelli, presidente de la mencionada minera. Según la investigación que llevó a cabo el fiscal Pablo Paz "no hubo tratativas previas de contrato, ni se tomó en cuenta el estado de salud de los postulantes". Fueron muchas inconsistencias las que determinaron esta imputación, a medias.

Sin que se provea Elementos de Protección Personal, sin un protocolo claro que garantice la preservación de la salud de los jóvenes, sin informes a destacamentos o instituciones sobre la actividad que desarrollarían, y sin la autorización del pueblo diaguita para ingresar en su territorio, la empresa impulsó esta toma de muestras a 4 mil metros de altura, efectivamente "en silencio", por lo que muchas comunidades relacionaron la expedición, con la búsqueda de uranio enriquecido.

Su familia busca reconstruir los últimos días de Lucas en Cachi. "Nunca le hicieron estudios médicos previos", relató su madre y según arrojan los testimonios recolectados, habría otra negligencia por parte de quienes encabezaban la expedición: "Fue unos días antes que Lucas ya había manifestado su malestar, a lo que solo le dieron Tafirol, y continuaron".

La complicidad de funcionarios de primera línea, ha prolongado los tiempos, quizás esperanzados en que quede atrás, y solo como un recuerdo. Roberto y Norma, padres de Lucas, esperan encontrar las respuestas que hasta el momento la justicia no da, el orden de nuestro sistema laboral y la precarización se cobraron una nueva víctima, y esta causa hasta hoy, parece descansar debajo de la alfombra.