Gustavo Cordera le pidió a la Justicia dar clases de violencia de género
En pleno juicio, por haber dicho en una conferencia "Hay mujeres que necesitan ser violadas", el músico quiere negociar su absolución de una manera insólita.
Este lunes por la mañana en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 7 de la ciudad de Buenos Aires la defensa de Gustavo Cordera realizó un nuevo intento para evitar que la causa contra el músico por "incitación a la violencia colectiva" contra las mujeres llegue a juicio y que pueda realizar, en cambio, una serie de tareas comunitarias.
Si bien el inicio del juicio oral estaba previsto para el lunes 11 de marzo por la causa a cargo del juez federal Rodolfo Canicoba Corral, el proceso quedó suspendido por una semana a pedido de la defensa de Cordera, encabezada por Fernando Burlando.
El caso se inició luego de los dichos del músico en agosto de 2016 durante una charla en la escuela de periodismo TEA, donde manifestó que "Hay mujeres que necesitan ser violadas". La Sala I de la Cámara Federal porteña confirmó su procesamiento y lo embargó por 500 mil pesos.
En la audiencia, que comenzó esta mañana en el palacio de Tribunales de la calle Talcahuano y fue transmitida en vivo por la plataforma CIJ TV, Burlando reiteró el pedido para que el músico obtenga una probation con la diferencia de que pueda brindar él mismo "cursos o charlas en alguna institución privada sobre igualdad de género", además de la realización de recitales acústicos a beneficio. También propusieron que se reedite la entrevista con TEA: "La madurez de Cordera genera que por su cambio intelectual en lo que es la temática, pueda ofrecer sus conocimientos respecto de lo vivido, lo que ha significado en su vida y cómo se encuentra hoy".
"Me parece que una manera de reparar el error es contar a la sociedad la experiencia que viví en este tiempo donde tomé conciencia de lo que sucedió, de la información que yo expresé en esa charla íntima para chicos de 18, 19 o 20 años", expresó el músico cuando hizo uso de la palabra, y aclaró antes de que lo frenara el juez que lo que dijo tenía que ver con "un trabajo en grupo" que realizó en una clase de psicología en la facultad sobre comportamientos sexuales.
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