El país con playas hermosas que ofrece trabajo con sueldo diario de $16 mil

Nueva Zelanda tiene un plan para combatir el cambio climático y este pasa, entre otras medidas, por la plantación de mil millones de árboles de aquí a 2028, programa bautizado como One Billion Trees Programme.

Los viveros han aumentado la producción para poder responder a la demanda, pero se ha encontrado con un problema. No tienen quien plante esos árboles. En Isla del Norte falta mano de obra y ni siquiera los 400 dólares neozelandeses (unos 238 euros) que según publica Stuff pueden llegar a ganarse al día son suficientes para convencer a los jornaleros.

Cuando la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, anunció que tenía pensado la plantación de 100 millones de árboles cada año, aseguró que el número era razonable y viable. Hasta cierto punto, lo está siendo. Una de las partes está cumpliendo con su cometido, la de aumentar la producción. El presidente de la Asociación de Viveros Forestales, Kevin Haine, calcula que este año se cultiarán 100 millones de árboles. Una cifra que supone un incremento de casi el doble con respecto a los 54 millones de hace dos años.

Sin embargo, el problema viene después. Con los árboles listos para ser llevados al bosque y colocados en el que será su nuevo hogar, no encuentran quienes les ayuden a echar raíces. Hay incentivos y el salario, como publica este medio neozelandés, es atractivo, pero no hay suficiente gente dispuesta a hacerlo. Y mientras, terreno y árboles esperan que alguien lo haga.

David Janett, director de Forest Management, habla de un cuello de botella para describir la situación. Actualmente, la tasa para la siembra en la Isla del Norte, donde parece localizado el problema, es de unos 60 centavos por árbol. Al final del día, dependiendo del número de plantaciones que se realicen, se puede obtener un salario de entre 300 y 400 dólares.

"Y aún así no podemos conseguir gente. El mayor impedimento es encontrar la mano de obra para plantar los árboles. Podemos mecanizar gran parte del trabajo, pero no podemos mecanizar a una persona con una pala", se lamenta Janett.