Mientras Nancy se moría, su asesino tenía relaciones sexuales a centímetros suyo

La muerte de Nancy Elizabeth Vera (21) es uno de los homicidios más crueles que se hayan registrado en el historial policial de Salta. Cuando ocurrió, todavía no existía la figura de femicidio por ello no está catalogado como tal, pese a todos tener todos los agravantes de violencia machista necesarios. Ella era prostituta y encontró la muerte en manos de un energúmeno que creyó ser dueño de su cuerpo. 

El crimen se registró el 16 de septiembre de 2009, en la localidad de Las Lajitas. 

Nancy era una de las tantas jóvenes salteñas que ejercía la prostitución a falta de oportunidades concretas de un futuro mejor. El sujeto fue identificado como Diego Ceferino Gutiérrez, de 28 años, oriundo de Buenos Aires. 

Gutierrez contrató los servicios de Vera y la hizo subir a su vehículo. También fue Evelina Rosalía Gil, otra muchacha que ofrecía sexo a cambio de dinero. Las había conocido en un local nocturno. 

Ya en su camión,  el sujeto quiso penetrar analmente a la víctima y, como se resistió, comenzó a darle golpes hasta tirarla. No contento con eso, se bajó y la molió a patadas en el suelo. Le rompió el hígado y otros órganos. 

Sin inmutarse, el asesino retornó al habitáculo y comenzó a mantener relaciones sexuales con la otra joven. A centímetros, tirada sobre la tierra, Nancy convulsionaba y arrojaba espuma por la boca. Se estaba muriendo. 

Quiso el destino que en ese momento pasara por el lugar un adolescente en moto, identificado como Franco Almada (16). Vio a la muchacha en sus últimos segundos de vida y llamó a la Policía. La ambulancia llegó en algunos minutos, pero sin paramédicos. Sólo el chofer. 

Nadie pudo salvar a Nancy. La autopsia arrojó como causa de muerte un "traumatismo abdominal cerrado". El hígado se le reventó y una hemorragia interna causó estragos. 

La Policía demoró a Gutiérrez y a la otra joven, junto a dos camioneros y una tercera chica que también ejercía la prostitución, aunque los cuatro últimos fueron liberados poco después. Gil, la otra prostituta, dijo en un primer momento que no conocía a Vera y que no sabía qué había ocurrido esa noche. Luego se quebró y contó todo. En la requisa al camión Ford que conducía Gutiérrez, perteneciente a una empresa de transporte santafesina, fueron halladas botellas de alcohol, prendas de vestir y cabellos de la víctima, de acuerdo con lo informado. 

El asesino quedó preso desde ese momento en la Unidad Regional 5. No se conocen públicamente más detalles de la condena por el homicidio de la muchacha.