Muy fuerte

Comió una babosa y murió: antes había quedado tetrapléjico

Por una apuesta en una juntada con amigos quedó de esa manera.

"Mamá, te amo". Fueron las últimas palabras del exjugador de rugby australiano, Sam Ballard, quien falleció a los 27 años.

El joven oriundo de Sidney había pasado los últimos ocho años tetrapléjico en una silla de ruedas tras una noche de diversión con amigos, oportunidad en la que comió una babosa como parte de una apuesta.

"Estábamos sentados aquí para pasar una noche apreciando el vino tinto, tratando de actuar como adultos y una babosa llegó arrastrándose", explicó Jimmy Galvin, quien contó que momentos más tarde Sam preguntó si debía comérsela o no. "Así fue como sucedió", recordó su amigo sobre el hecho acontecido en 2010.

Si bien Ballard no se enfermó al instante, comenzó a quejarse por dolores en las piernas. Más tarde le diagnosticaron una infección en el cerebro a causa del parásito Angiostrongylus Cantonensis, que estaba alojado en la babosa después de que esta se alimentara de heces de rata.

Por esa condición el joven de entonces 19 años empeoró y estuvo en coma 420 días. Cuando despertó, estaba tetrapléjico.

Su madre, Katie Ballard, se refirió a la complejidad que se le presentó en la vida a Sam ya que no podía alimentarse por sus propios medios y tenían que asistirlo para ir al baño.

Y la enfermedad no sólo dejó lesiones permanentes sino que siguió avanzando, a pesar de los cuidados de la familia y los médicos.

La joven promesa del rugby, publica Telefe Noticias, murió a los 27 años el 2 de noviembre pasado.

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