A 95 años del fusilamiento de Joaquín Penina, víctima de la dictadura de un salteño
Su historia se convirtió en un símbolo contra la represión.
El 9 de septiembre de 1930, Joaquín Penina Sucarrats, un joven albañil de 25 años, fue fusilado en Rosario por imprimir volantes en contra del golpe de Estado liderado por el salteño Félix Uriburu.
Penina, nacido el 1 de mayo de 1905 en el municipio catalán de Berguedá, llegó a Argentina a los 20 años y militaba en la Federación Obrera Regional Argentina. Se ganaba la vida colocando mosaicos y baldosas mientras promovía sus ideas anarquistas.
Tras el golpe del 6 de septiembre de 1930, Uriburu aplicó censura y fusilamientos sumarios bajo la ley marcial, que permitía ejecutar a cualquier persona acusada de atentar contra la seguridad pública sin proceso previo.
El 9 de septiembre por la mañana, Penina fue arrestado en la pieza que alquilaba junto a su amigo, el carpintero Victorio Constantini. Poco después se sumó otro compañero, el catalán Pablo Porta. Los tres fueron acusados de imprimir propaganda anarquista; el mimeógrafo de Penina fue presentado como prueba, aunque llevaba dos meses sin funcionar. Constantini y Porta fueron liberados, mientras que la suerte de Penina ya estaba decidida.
A las 22:30, Penina fue esposado y subido a un camión junto al subteniente Jorge Rodríguez, oficial de guardia esa noche. Tras cruzar el puente sobre el Saladillo, lo llevaron hacia la barranca del río y se improvisó un pelotón de fusilamiento. Según los relatos, Penina gritó "Viva la anarquía" mientras los soldados disparaban. Tras recibir varios impactos, Rodríguez dio el tiro de gracia. En total, Penina recibió siete disparos.
En sus bolsillos se encontraron galletas marineras y un giro por cinco pesetas destinado a su hermano Juan. El cuerpo fue trasladado al cementerio de La Piedad, donde fue enterrado como NN en el solar 2, fosa 450. Sus compañeros Constantini y Porta regresaron a Italia y España respectivamente, y gracias a Porta se conocieron los detalles de lo ocurrido en el pueblo natal de Penina.
El caso de Joaquín Penina fue el primer fusilamiento de la dictadura de Uriburu, precediendo otros ataques a militantes anarquistas como los hermanos Gatti, Severino Di Giovanni y Paulino Scarfó. Además, los policías se quedaron con 600 pesos que Penina debía enviar a editoriales y quemaron sus libros y panfletos, incluyendo la primera tirada de El Fusilamiento de Penina, de Aldo Oliva, salvo un ejemplar que permitió su reedición.
Hoy, 95 años después, su historia sigue siendo un recordatorio de los abusos y fusilamientos que marcaron los primeros días de la dictadura de Uriburu en Argentina.


mas anarquista que albañil..era
Ver más
Me da gracia leer a los fachos de red social. En la calle son caniches.
Ver más
UNA GRAN PERSONA QUE SE REVELO CONTRA EL SISTEMA !!!
Ver más
un eterra menos
Ver más
Un hediondo menos que mantener con nuestros impuestos
Ver más
Qué raro un salteño fusilando ideas. Siempre, desde el comienzo de los tiempos, siendo noticia por fachos, violines, p3dofil*s, ignorantes y vendidos. El único que zafa es Güemes. Y era anarquist4
Ver más
Es lo que hay que hacerle a todos los delicuentes que violan y matan y los legisladores nacionales y provinciales. Al PAREDON
Ver más
Ehhh chango calmate, si te gusta tanto la muerte enrolate en el ejercito de Ucrania y sacate el gusto.
Ver más