Por qué los papas cambian de nombre cuando empiezan su pontificado
Tras la muerte de Francisco, el Vaticano se prepara para elegir un nuevo papa. El cónclave comenzará en los próximos días. El nuevo pontífice deberá elegir un nombre.
Tras la muerte del papa Francisco, el Vaticano inició los preparativos para la elección del nuevo líder de la Iglesia Católica. A pocos días de que comience el cónclave, crece la expectativa por saber quién será el próximo sumo pontífice y qué nombre elegirá para su mandato.
La tradición de cambiar el nombre al ser elegido papa comenzó en el siglo VI, cuando Juan II -cuyo nombre de nacimiento era Mercurio- decidió modificarlo al considerar que no era adecuado para quien debía representar a la Iglesia. Esta costumbre también está vinculada a pasajes de la Biblia, donde Dios cambia el nombre de las personas como símbolo de un nuevo propósito o destino.
El proceso de cambio de nombre del papa es un acto lleno de simbolismo. Representa su transformación personal y su compromiso con la nueva misión. Una vez electo, los cardenales le preguntan: "¿Quomodo vis vocari?", que en español significa "¿Cómo quieres llamarte?".
La elección puede estar inspirada en santos admirados o en homenajes a papas anteriores. A lo largo de la historia, solo dos pontífices mantuvieron su nombre de nacimiento: Adriano VI y Marcelo II.
Entre los nombres más usados en la historia de los papados se destacan Gregorio y Benedicto (16 veces), Clemente (14 veces), Inocencio y León (13 veces), y Pío (12 veces).
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