Álvaro Ulloa

Conductor de La Masia, FM Pacífico
Opinión

Teocracia y Democracia

Salta según las declaraciones de algún diputado parece está sumergida en una cruzada religiosa en estos últimos tiempos.

Comenzó la cruzada con el fallo de la Corte Suprema que prohibió se imparta educación religiosa en horario de clase en las escuelas públicas, continuo con los pedidos de diferentes legisladores para que los chicos puedan asistir a las celebraciones del Milagro en horario escolar, pareció explotar cuando se trató la ley del aborto legal con una unanimidad de votos de nuestros legisladores nacionales que no pareciera coincidir con la diversidad de opinión de sus representados y hoy leo a un representante del pueblo cuestionar la enseñanza de educación sexual integral en las escuelas comparándolo con lo que llamó el flagelo del SIDA.

Creo que el pluralismo es bueno. Cuando se trata de creencias respeto a todas, y suelo respeto las opiniones que cada cual pueda tener sobre el tema que les parezca aunque no coincida, pero hay límites que un diputado más allá de sus fueros de opinión no debiera cruzar cuando se trata de políticas públicas.

El argumento de libre elección de los padres en cuanto a que deben aprender sus hijos choca de frente con la responsabilidad del estado frente a esos mismos chicos en estos asuntos.

Los chicos tienen derechos, uno de ellos es el de aprender y parte de lo que nuestra sociedad a través de sus representantes eligió como un aprendizaje válido e importante para la vida en sociedad es la aceptación de La diversidad como un valor.

Cada familia tendrá el derecho de conversar con sus hijos e informarlos y formarlos con sus creencias, con sus valores, pero también ese mismo hijo tiene derecho a ser informado y formado con los valores comunes a nuestra sociedad.

Esa es responsabilidad del estado, llevado a otro orden de cosas sería similar a que un miembro de una comunidad originaria quisiera enseñar a sus hijos su idioma comunitario, tiene todo el derecho, pero a nadie le chocaría que en la escuela le enseñen también castellano y es porque como país nos organizamos alrededor de esa lengua, sin desmerecer cualquier otra lengua que quieran enseñarle sus mayores.

Lo mismo cabe para la educación sexual, tema que las estadísticas de salud pública de nuestra provincia muestran que está muy por debajo de los mínimos deseados por cualquier sociedad.

La iglesia Católica, a la cual pertenezco, tiene una línea de aprendizaje que educó durante años a generaciones de Salteños, pero no debe ser la guía moral de nuestro pueblo, vivimos en una sociedad democrática y plural donde conviven distintas creencias e ideas y eso nos fortalece.

Por eso desde mi posición de integrante del espacio de CAMBIEMOS que apoya y promueve la diversidad y como ciudadano de esta provincia a la que amo y busco ayudar a desarrollarse es que rechazo los dichos del diputado que comparó " el flagelo de la ideología de género con el flagelo del SIDA.

Y de paso informó que un infectado de VIH no es un flagelo ni un pecador, es un ciudadano con un problema de salud con todos los derechos que nuestro país y nuestras leyes le otorgan.

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