Vivía un calvario

La dura revelación de la Mantera Hot: “Mi marido me obligaba a ..."

El amor a veces te ciega, y eso es lo que le pasó a la queridísima platinada salteña. Su triste historia en esta nota.

Todos conocen a Carmen Chávez por ser la “Mantera Hot”, actualmente una de las rubias más bellas de Salta, pero pocos saben acerca de lo que tuvo que pasar a lo largo de su vida.



Sorprende que una mujer tan linda y simpática haya tenido que soportar momentos tan oscuros. Carmen se abrió a Que Pasa Salta y reveló lo que más le ha costado superar: cuando era joven se enamoró de un hombre que no debía.



Ella estaba a un año de terminar el colegio secundario, y conoció a un hombre de nacionalidad boliviana, un poco más grande que ella. Era encantador y atento, sin embargo, escondía una terrible faceta en su personalidad.



Empezaron a salir. Pasaron los meses y la relación cada vez se volvía más tóxica: “Se convirtió en un hombre muy celoso y controlador. No me dejaba trabajar, no me dejaba hacer nada, ni siquiera salir a la calle”, cuenta Carmen.



Un día la convenció de irse a vivir juntos. “Me llevó a Bolivia, nos mudamos a un departamento en su cuidad”, detalló la salteña, y agregó: “Él pensaba que tenía derecho de decidir sobre mí. Como tenía dinero, creía que podía controlarlo todo, incluso a mí. Era mujeriego, me obligó a soportar que él estuviera con otras mujeres en nuestra propia casa, ¡bajo el mismo techo! Me hizo creer que eso estaba bien y yo se lo permití”, revela.



Pero luego Carmen se dio cuenta que, a pesar de que lo amaba como nunca amó a ningún otro hombre, no podía soportar tal humillación. Se lo dijo. Pero a él no le importó lo que ella sentía y terminó echándola de su casa, dejándola en la calle y sin dinero, junto a su pequeño hijo. “Tuve que irme a vivir a un pueblito con mi hijo, hasta que junté algo de plata y pudimos volvernos a Argentina.”



“Cuando llegué a Salta, él se enteró que estaba acá y corrió a buscarme. Me pidió perdón, quería otra oportunidad. Yo seguía enamorada de él y lo perdoné. Creo que nunca fui tan tonta”, se lamentó la rubia. “Todo volvió a ser igual de feo que antes. Él me engañaba todo el tiempo, con un montón de mujeres. Todos me lo decían, pero yo no quería aceptarlo. Lo amaba demasiado”.



Pero hubo algo que hizo recapacitar a Carmen. “Un día me desperté y me di cuenta que tenía que quererme más a mí. Me costó muchísimo, pero finalmente me separé. Dejé de ser esa cornuda. Y ahí entendí que yo valía mucho más, que podía tener a los hombres que quisiera y que podía hacer mi vida”, explicó.



“Actualmente soy feliz junto a mi hijo, él estudia en la universidad y yo tengo trabajo. No hay nada que me alegre más que eso. Los hombres van y vienen, pero la vida es una sola”, expresó Carmen, y cerró con una moraleja: “No hay peor ciego que una persona enamorada”.

 

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