“Traición”, la palabra que gobierna al fútbol y el hincha usa a menudo

Si la frialdad con la que recibió parte del público que asistió a La Bombonera puede traducirse en un mensaje, seguramente hoy Carlos Tévez está pensando seriamente si regresa al club cuando finalice su contrato en China. Es que el simpatizante tomó con distancia su presencia en el palco del estadio, y salvo algunos tibios aplausos, lo demás fue frialdad absoluta.

Los hinchas sienten que el ídolo los traicionó, que aquél amor eterno que prometió Carlitos se fracturó, y a gente se lo recordó con indiferencia.

El sentimiento no es sólo del hincha argentina, se transformó en un fenómeno mundial. Neymar es calificado de “traidor” por dejar el Barça por el PSG y la lista sigue. Seguramente Alario, goleador de River, pasará a engrosar la lista cuando se marche al exterior, posiblemente al fútbol alemán.

Cualquiera de las personas que critican a los que se van, seguramente se tirarían de cabeza si les sale una oportunidad de mejora en el plano personal. Sin embargo, el sentimiento de propiedad que profesa el hincha hace que su limitado razonamiento dispare insultos y desprecio cuando el ídolo decide seguir por otro camino.

Implementando el viejo adagio de que se puede cambiar hasta de sexo pero no de equipo, el hincha no tolera que “su” jugador lo deje y se vaya a otro club. Entonces pasa del amor al odio en un viaje sin escalas. Lo está pagando Tévez en carene propia, en Europa le pasan factura a Neymar, y en el fútbol en general cada vez suena con más fuerza la palabra “traición” cuando un jugador comete el pecado de querer asegurar s futuro económico.