“Sueño con un equipo que muerda en toda la cancha y juegue bien al fútbol”

No fue un domingo más para Daniel Ramasco. Presentarse como técnico en un vestuario que hasta hace poco lo tuvo como jugador no es cosa frecuente. Pero ahí está Daniel, hablando con sus nuevos dirigidos, en un lugar que no tiene fecha de vencimiento ni plazos predeterminados. Las cosas se dieron así y Ramasco no le escapó al bulto.

“Insisto: lo ideal hubiese sido que Duilio Botella se quedara, él armó este grupo, lo moldeó a su manera y es un entrenador que trabaja muy bien y con quien tenía una muy buena relación, la que se afianzó más ahora que cuando yo jugaba en este equipo”. El que firma esta declaración es el técnico de Gimnasia y Tiro, mientras se prepara para dirigir su primera práctica matutina. Un día de domingo…

Tiempo es justamente lo que falta. Asume, charla, trabaja, y prepara las maletas para viajar a jugar con Crucero. “Mucho no voy a modificar. Este plantel tiene la impronta que le dio Duilio, de salir a ganar en todas las canchas, eso ya lo demostró en Formosa y en Zapla y eso es lo que vamos a intentar hacer ahora”, dispara Ramasco.

Y sin proponérselo se mete en un tema que todavía genera dudas: ¿Por qué el equipo mostró de visitante una fisonomía que lejos estuvo de lo mal que jugó el viernes? “Lo que pasó es que dos goles en el arranque desacomodan a cualquier equipo. No supimos sobreponernos de esos golpes y perdimos. Gimnasia tuvo pasajes de buen juego, pero estando abajo en el resultado se complicó bastante todo”, reflexiona.

Anticipa que mantendrá una charla con los referentes del plantel. Sabe, como jugador que fue, que en el vestuario se afirman los sueños o éstos se van por el resumidero. “Claro que lo voy a hacer, este es un plantel de buena gente, con líderes positivos”, pero aclara que la condición de líder no sólo se da entre los titulares. “Dei Rossi fue un líder espectacular, y eso que en el plantel pasado habrá jugados dos partidos, no más”, reseña.

Tiene el título de técnico, “me recibí en el 2008, pero nunca hice los trámites para que me den el diploma”, y el problema quedará resuelto con una habilitación provisoria para que esté en el banco frente a Crucero.

Aunque la idea es estar “uno o dos partidos”, en Gimnasia anhelan que le vaya bien y que sea el entrenador de aquí hasta el final. Pero en dos fechas se viene el clásico con Juventud, y ganarlo para Ramasco puede significar el pasaporte para su continuidad. “Yo me focalizo en estos dos partidos, vos me conocés en este sentido y sabés cómo me manejé siempre. Después se verá si viene otro entrenador o no, eso lo va a decir el tiempo”, sugiere.

Arrancó una nueva etapa en la vida de Daniel Ramasco, al frente de un equipo que lo tuvo como estandarte y capitán durante mucho tiempo, y al que ahora quiere darle una fisonomía parecida a su condición de jugador. “Podés jugar bien o mal, pero la actitud es innegociable. Yo sueño con un equipo que muerda en toda la cancha, que sea combativo, y que intente jugar bien al fútbol. Si logramos eso, sería espectacular…”, resume, y se va al centro del campo de juego, para darle alas a sus sueños de técnico…