Se repite la historia: en el último partido el Cuervo la tendrá que remar de abajo

Los cabuleros estarán a la orden del día. Sacan cuentas, hacen números para caer en un diagnóstico optimista: a Talleres y a Pellegrini se lo dieron vuelta, con penales incluidos y las manos salvadoras de Maino.

Ante Racing no será la excepción, otra vez a remar de abajo y remontar un 0-1 que, en los papeles, parece un resultado corto y no tan difícil de lograr. Al cabo, si ya pudo en dos etapas anteriores por que no habría de lograrlo ahora. Es cierto que Racing es más que los jujeños y los Adoquineros y el grado de dificultad, casi con seguridad, será mayor, pero conforme fueron avanzando también la confianza aumentó y el autoestima esta por las nubes.

También se dio una particularidad en estas series: Central Norte no pudo marcar ningún gol de visitante y en este sentido le pasa factura el plantel que realiza el técnico Acosta fuera de casa, un tanto conservador, pero como hasta aquí las cosas le están saliendo, nada se le puede reprochar desde este punto.

Eso sí, van a llamar a todos los creyentes a una cadena de oraciones para que Willy Puntano se recupere y aporte su presencia y poder de fuego. El delantero, que en determinado momento del torneo fue suplente, se convirtió en la pieza fundamental del equipo.

Es una final pareja y la ganará aquél que no sólo de el ciento por ciento sino más de ese límite. Y es eso lo que debe hacer el Cuervo, superar sus propias limitaciones con entrega  y convicción, atributos emocionales que suelen suplantar lo futbolístico desde el concepto mismo del juego.

Central la vino remando desde abajo y, hasta aquí, le salió bien. Ojalá que este miércoles pueda repetir la fórmula, para que el barrio Norte sea una fiesta.