Pellegrini ganó en Tucumán y espera la revancha para definir su pase a semifinal

En el fútbol una cosa es ser grande, y otra es tener grandeza. Pellegrini es un club chico, pero tiene sueños de grande y tiene grandeza para hacer lo que debe: fue a Tucumán y le ganó a Guzmán. Fue 1 a 0 con gol de penal de Gastón Pizzicanella y ahora espera la revancha en casa, que será el miércoles en su estadio.

Faltan jugar 90’ todavía, y es cierto que en el fútbol puede pasar cualquier cosa, pero nadie podrá negar que el resultado invita a toda su gente, que cada vez son un poquito más, para que el estadio Mamita Cáceres tenga un marco adecuado a lo que se está jugando el equipo, el pase a la semifinal de un ascenso, nada menos.

“El partido fue durísimo, en un piso decididamente malo, pero los muchachos dejaron todo para ganar y por suerte se lo pudo hacer”, le dijo un sereno Federico Acuña, técnico Adoquinero, a Tiro Libre. “No que volverse locos ni confiarse, queda un partido al que deberemos enfrentarlo con la seriedad que venimos demostrando en todos los partido”, amplió.

Con respecto a la seguridad que le brindó la policía tucumana, habida cuenta de los incidentes que se registraron cuando la barra brava de Guzmán entró la semana pasada para amenazar al plantel de Central Norte, la dirigencia de Pelle indicó que todo salió perfecto.

“Fuimos escoltados al estadio por dos motos y dos patrulleros, y a la saluda nos acompañaron hasta la ruta. En el vestuario tuvimos siempre tres policías adentro y cuatro en la puerta, así que no pasamos ningún sobresalto, por suerte”, reseñó Acuña.