#FelizCumpleDiego

Maradona y aquél desayuno con los chicos lustras al frente de la plaza 9 de Julio

Hoy cumpleaños Diego Armando Maradona. Detrás de personaje polémico, amado y odiado, se esconce un tipo sensible que no se olvida de donde viene: la pobreza absoluta de Villa Fiorito.

Argentinos Juniors vino a jugar un amistoso en Salta. Obvio, la atracción era un joven de 19 años, un tal Diego Armando Maradona que era famoso por los garabatos que hacía con su zurda, aunque sin tener por ese entonces la envergadura de Maradona actual.



Diego había levantado la Copa del Mundial juvenil en Japón, y aterrizó en Salta con otro campeón del mundo, el lateral Carabelli, y acompañado por quien era su novia, Claudia Villafañe.



La delegación de Argentinos se había instalado en el hotel Victoria Plaza, frente a la plaza 9 de Julio. El día de partido, Diego se había levantado temprano y salió a la vereda a estirar las piernas. Se detuvo en un grupo de changuitos lustras que se ganaban la vida en la zona céntrica, con sus clásicos cajones y “tarritos” de leche en polvo para sentarse y darle al cepillo.



Diego se le acercó a tres que estaban en la recova, quienes no lo conocieron porque ese Diego no era tan popular. Maradona le pidió a uno de ellos que vaya a buscar más chicos lustrabotas. Al rato eran 15 los changos que estaban parados en la puerta del hotel, de donde salió un mozo y los invitó a pasar: todos desayunaron con Maradona, quien mostró su costado solidario con los más pobres.



Es que el Diego sabe lo que es la pobreza extrema, cuando vivía en lo profundo de la Villa Fiorito. En su libro “Yo soy el Diego de la gente”, Maradona cuenta que comían “salteado” y que su madre, Doña Tota, se hacía la enferma al hígado y decía que no podía comer para que la comida alcanzara para todos.



Diego nació en una casa humilde, con dos piezas donde dormían 14 personas entre hijos, sobrinos y nietos. “Para el invierno nos bañábamos en una de las piezas. Calentábamos agua en un balde y nos lavábamos así nomás porque el frío no se aguantaba”, narra el Diego en su libro.



También le dedica un párrafo para la amistad: “Después de volver de entrenar en Argentinos, cruzábamos la vía del tren y a la bajada del puente había una pizzería. Comprábamos una sola porción de pizza porque no teníamos plata, y la compartíamos así, un mordiscón para cada uno”.



Es Diego Armando Maradona, que se crió en una casa humilde, pudo disfrutar luego de una mansión con 14 baños privados que le dio el Nápoles para que viva en esa ciudad mientras duró su extraordinaria participación en el equipo del sur de Italia.



Diego y Salta siempre tuvieron buena relación. Aquí jugó su último partido con la Selección nacional antes de viajar a Estados Unidos, aquella noche inolvidable de la victoria ante Marruecos. Luego volvió a Gimnasia y Tiro en una visita relámpago y revalidó el cariño de la gente.



Feliz Cumpleaños Diego Armando Maradona.

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