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Lillo, ¿la primera bomba de una cadena de inhibiciones o un hecho aislado en el Santo?

El volante se fue del club y recurrió a Agremiados para cobrar la deuda que Juventud mantiene con él. Otros jugadores podrían seguir su camino, aunque en el club no creen que eso ocurra.

Hernán Lillo eligió el camino más corto para cobrar su deuda: se presentó en Agremiados para reclamar el pago. No es el único en esta situación, y aunque en el club están tranquilos, no habrá que bajar la guardia con respecto a lo que viene.



Más allá de la validez del reclamo, a los dirigentes no los sorprendió la actitud del volante, con quien tuvieron una relación distante. Las quejas por parte de la dirigencia ante algunos comportamientos venían siendo notorias, pero como el jugador mantenía una relación de amistad con el ex técnico Godoy, siempre guardaba un lugar entre los titulares, aunque muchas veces su rendimiento no justificaba su presencia en el equipo.



Por lo bajo, en la Lerma comentan que Lillo siempre tuvo exigencias de un jugador de Primera, y en este sentido pedía una casa en zona residencial donde habitar, lo cuál no fue aceptado por la directiva. Con Lillo se cerró un capítulo, ¿se abrirán otros reclamos por sueldos atrasados?



En el plano deportivo, el plantel comenzará esta tarde con los trabajos de pretemporada. El técnico Gustavo Módica recién podrá conocer con los elementos que contará cuando se presenten los integrantes, antes nada se puede asegurar más allá de las bajas que Tiro Libre te informó en su momento.



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