Matías Isola

Que Pasa Salta
El futuro de la Selección

La pelota la tiene Bauza: ¿le temblará el pulso para pasar la escoba?

El "Patón" iniciará oficialmente su ciclo al frente de la Selección con la doble fecha de Eliminatorias ante Uruguay y Venezuela, respectivamente.

Comenzó una nueva era en la Selección Argentina y como suele ocurrir en estos casos, las expectativas se renuevan. El próximo jueves Edgardo Bauza tendrá su bautismo de fuego en Mendoza ante Uruguay, uno de los punteros de las Eliminatorias sudamericanas. Si bien es prematuro analizar un proceso incipiente, hay algunos indicios que invitan a la ilusión, como por ejemplo la lista de jugadores convocados para la doble competencia (el 6 de septiembre el conjunto albiceleste visitará a Venezuela).



La convocatoria de jugadores como Lucas Pratto y Lucas Alario significan un cambio de aire y a su vez un recambio sumamente saludable y vital para el representativo nacional (además de un incentivo para los futbolistas que no militan en Europa). Como contrapartida, la no convocatoria de Gonzalo Higuaín descomprime el ambiente tenso que se instaló luego de las frustradas finales de 2014, 2015 y 2016, donde el actual delantero de la Juventus careció de jerarquía, serenidad y fundamentalmente efectividad para devolverle la gloria a la Selección Argentina. No obstante, el vínculo del "Pipita" con el público futbolero sufrió un desgaste difícil de remontar (oportunidades tuvo de sobra).



Por lo pronto, el "Patón" presentó una lista con muchos jugadores que sobrevivieron a procesos anteriores, por una cuestión lógica: no romper la armonía del vestuario. Más allá del estilo de juego y de la identidad (dos aspectos no menores), se impone un recambio urgente de jugadores. Terminar con el "corporativismo" de los amigos de Lionel Messi. En buena hora, la "Pulga" revirtió su apresurada decisión y continuará en la Selección. Pero deberá acostumbrarse a jugar con otros compañeros. Los Ángel Di María, los Sergio Agüero, los Ezequiel Lavezzi, o el mismo Higuaín, ya cumplieron un ciclo en el seleccionado. O al menos deberán pelear por un puesto con otros futbolistas que también hacen méritos para ganarse un lugar.



Desde la muerte de Julio Grondona hasta la fecha quedaron al desnudo todas las miserias reinantes en la AFA y la renuncia de Gerardo Martino fue un condimento más entre tanta desprolijidad. Como consecuencia de ese caos que es el fútbol argentino, la Selección no hizo otra cosa que perder prestigio en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Un papelón que lamentablemente se veía venir. En ese contexto asumió Bauza, quien deberá convivir con un escenario que dista mucho de ser el ideal. Y ahí se abre un interrogante: ¿Armando Pérez lo contrató como un piloto de tormentas o por convicción?



El ciclo del "Tata" nunca terminó de convencer al hincha argentino y las dos finales perdidas todavía se encuentran en proceso de digestión. Más atrás en el tiempo, la etapa de Alejandro Sabella no enamoró del todo, pero regaló una final del Mundo, y eso se agradece eternamente. En lo estrictamente deportivo, el "Patón" tendrá por delante interesantes desafíos: clasificar lo antes posible a Rusia 2018, imprimir su sello, y encontrar el equipo. Todo eso sumado a una pesada mochila: 23 años sin títulos oficiales a nivel Selección.



La pregunta final es si le temblará el pulso al flamante entrenador para pasar la escoba sin dañar el vestuario. Una cosa es consensuar con la "mesa chica" conformada por Javier Mascherano y Messi, y otra muy distinta es dejarse imponer. ¿Tendrá Bauza la espalda suficiente para plasmar su idea con los intérpretes que considere necesarios? El tiempo lo dirá.

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