La diferencia es lo de menos

La participación de “Santos” y “Albos” en este tipo de torneo siempre genera expectativa al inicio de cada proceso. Esta expectativa va de la mano con las incorporaciones. Lamentablemente, siempre suenan 1.500 nombres y solo se concretan jugadores que se encuadran dentro del acotado presupuesto que tienen estos equipos. Este torneo no es la excepción. Los planteles se armaron con  poco dinero y eso evidentemente se nota en la cancha. Es que tanto Juventud como Gimnasia tienen presentes similares en rendimiento futbolístico, nivel de jugadores y convocatoria de público.

Una de las similitudes entre “millonarios” y “santos” es el flojo rendimiento futbolístico. Los dos equipos no han mostrado un juego asociado ni circuito futbolístico que haga ilusionar con un juego colectivo que los lleve a pelear cosas importantes. Es más, los dos conjuntos han evidenciado serias falencias en lo individual que repercuten en el equipo y es una causa importante de los magros resultados que vienen obteniendo. Pensar que un equipo tiene mejor rendimiento que otro solo por estar dos puntos arriba en la tabla es promover una imagen equívoca y negar la evidente realidad de los dos conjuntos.

Además del flojo rendimiento futbolístico, otro punto semejante entre Gimnasia y Juventud es el nivel individual de jugadores. Ningún jugador en los dos planteles supera la media del torneo en capacidad y desequilibrio. En Juventud hay nombres conocidos como Zárate e Ibáñez, pero ambos ya han dado muestras que no están para jugar los 90 minutos. En Gimnasia, se puede nombrar a Motta como uno de los jugadores que rompe el molde. Sin embargo el “gato” tiene altibajos que hacen que no gravite para nada en el funcionamiento colectivo. Está claro, entonces que un plantel no tiene más jerarquía o desequilibrio que otro y esa paridad se evidenció en el empate conseguido cuando ambos se enfrentaron.

Finalmente, la paupérrima convocatoria de público es similar para ambos equipos. El público le ha dado la espalda tanto a Juventud como a Gimnasia y eso no tiene vuelta ya que el soberano se fue desilusionando de a poco con la pobreza futbolística de los equipos dentro de la cancha, las peleas de las barras y el maltrato policial. Tanto “albos” como “santos” deberían sentirse avergonzados por la cantidad de público que convocan que ni siquiera alcanzaría para llenar el micro estadio Salta.

Evidentemente, no hay diferencia entre uno y otro. Ninguno puede envidar algo de su rival ya que tanto Gimnasia como Juventud muestran un presente futbolístico tan pobre que nada augura un buen futuro para ellos en este campeonato. El plan de traer tantos jugadores ya ha fracasado porque muchos de los nuevos son de nivel más bajo de los que se fueron. La única diferencia que veo es la camiseta, porque después la pobreza futbolística es el común denominador de los dos equipos, que los llevará a sufrir para poder clasificar y esperar un milagro para luchar cosas importantes.