La deuda de Central Norte supera las recaudaciones de las dos finales perdidas

Pasó más de un año ya de la final que Central Norte perdió en el Martearena con Huracán Las Heras. Para la policía, en ese partido hubo una asistencia cercana a las 18 mil personas. Deduciendo el precio de las entradas, en aquél partido el club recaudó aproximadamente $ 1.900.000.

En el partido con Racing de Córdoba hubo un ingreso de $ 600.000. Esta cifra es la resultante de un cálculo estimativo, porque hay que resaltar que hubo socios que se pusieron al día para comprar una entrada y fueron muchos los que llegaron a abonar hasta dos mil pesos por una entrada sumando, claro está, lo que pagó por los gastos administrativos que requerían para venderte una entrada, muchas de ellas “truchas”, según la denuncia de los propios asociados. Estos dos partidos aludidos generaron también gastos de organización, seguridad, pago de terna arbitral, entre otras cosas.

En vez de rendirle cuentas al socio, como manda el estatuto, la dirigencia de Central Norte optó por comprar una tribuna cuya legitimidad de adquisición sigue en las sombras. Una investigación que realizó Tiro Libre indicó que el precio de la estructura es sensiblemente menor al publicado por la dirigencia.

El presidente De Francesco recorrió todos los medios expresando tener todos los comprobantes de los gastos que demando la tribuna, que de entrada fue “vendida” a la gente con capacidad de 1.500 personas, pero la realidad indica que en ella no caben más de 400. Y otro dato: todavía siguen esperando que el presidente presente los comprobantes de gastos.

La deuda que vino acumulando el club supera los $ 2.700.000. Esto involucra desde el Consejo Federal ($ 600.000) hasta la pensión donde vivían Puntano y Reyes, cercana a los $ 70.000. En el medio están la Liga, ex jugadores, ex técnicos, ex preparadores físicos, dinero que se le adeuda a ex colaboradores, etc., etc. etc.

Central Norte es un club privilegiado con respecto al resto. El Gobierno le hizo obras importantes amén de ser el único club que recibe dos subsidios: uno por a entidad en si misma y otro por APROCEN. ¿Qué pasaría si los otros clubes reclaman un subsidio similar para sus divisiones inferiores?

El éxodo de jugadores no debe sorprender a nadie. ¿Qué jugador se quedará con este panorama? Y los que se quedan es o porque no tienen donde ir o porque su presente económico no es tan asfixiante. El chico Rojas volvió a San Antonio porque su pase pertenece a ese club, estaba a préstamo en Central. Puntano y Reyes alzaron vuelo porque le deben. Y así con el resto. El hincha debe entender que se van no por “traidores” sino porque el club no les da solución.

Ahora viene la Copa Argentina, lo que para esta dirigencia representa una “maldición”, no una esperanza. Le dijeron al plantel que no hay plata, que los sueldos saldrán de las recaudaciones: 50% para ellos y la otra mitad para el club.

Hoy el club está acorralado por las deudas. Un punto del estatuto reza que los dirigentes deberán responder de su propio peculio los gastos que se generen a partir del mal manejo financiero de la institución, aunque todos saben que esto no se va a cumplir.

Cabe aclarar que la mayoría de los clubes están en situaciones económicas límites. La diferencia es que la mayoría de las dirigencias tienen presidentes que suelen dar la cara.