Juventud y Gimnasia aburrieron a los pocos hinchas que fueron al Martearena

Juventud y Gimnasia jugaron en el Martearena el primer partido oficial del año para ambos. Fue por la fase preliminar de la Copa Argentina y aburrieron a los pocos espectadores que se le animaron a la tarde de domingo. Ninguno de los dos equipos logró imponerse y por ese motivo la llave de ida terminó igualada en cero (la revancha se jugará el próximo miércoles en el Gigante del Norte).

El Albo arrancó mejor y dominó buena parte de la primera etapa. Con la conducción de Motta y con las trepadas de Fabio Giménez merodeó el área antoniana pero sin profundidad y sin inquietar a Pave. Los delanteros Ceratto y Herrera no tuvieron no lograron conectarse y la dupla se diluyó entre los centrales del Santo. De hecho, el más peligroso del conjunto millonario fue Rivero, quién ingresó en el complemento y aportó aire fresco.

Por su parte, el equipo de Módica descansó en los pies del experimentado Ibáñez y desde su botín surgieron las situaciones más inquietantes para  el fondo millonario. Juventud sigue dependiendo pura y exclusivamente de lo que haga el tucumano. No obstante, en el complemento el Santo se animó sobre el final e hizo lucir a Leguiza con dos atajadas fenomenales.

Pasó un nuevo clásico entre santos y albos sin pena ni gloria. Unas tres mil personas asistieron al Martearena para ver a sus equipos que tienen como principal objetivo la reanudación del Federal A. Habrá que ver si en la revancha se animan un poquito más y dejan de lado el libreto mezquino. Por el bien del espectáculo, y también de la vista.