El salteño que se recibió de árbitro nacional y es un ejemplo de superación

“El ser árbitro es una pasión, es algo que solamente los que queremos esta profesión entendemos”, le dice a Tiro Libre Leo Bustos, hijo del ex árbitro salteño Fabián Bustos. La familia ama el arbitraje, ya que el hermano menor de Leo también quiere serlo. “Mi madre está acostumbrada a los insultos que nos profieren en una cancha, ella ya lo toma como parte del juego”, dice y se ríe.

Leo tiene 26 años, se recibió de árbitro Nacional con el orgullo de ser el abanderado de su promoción. Trabaja para pagar sus estudios en un gimnasio, aparte el sueldo que tiene como árbitro de la LSF y está haciendo una pasantía en el Poder Judicial de Salta- “Tenes que juntar plata para pagarte los viajes y los estudios”, cuenta este joven que, además, se recibió de abogado. “Nada de esto lo podría haber hecho sin el respaldo de la gente que te quiere, como la que yo tengo en mi familia gracias a Dios”, remarca.

Cuenta que la pasión por el arbitraje. “Un día mi papá me dijo que vaya a un curso a ver si me gustaba. Le aclaré que iría un solo día, y que si no me gustaba lo dejaba. El año que viene cumpliré 10 años en el arbitraje, o sea que me apasionó esta profesión desde el primer día”.

De cara al futuro, Leo Bustos dice que irá por etapas. “Esto es una superación constante y nunca dejar de estudiar. Se necesita sacrificio para llegar. Como todos, me gustaría algún día dirigir un clásico salteño, pero vamos a ir despacio, todo a su tiempo, me queda mucho por aprender”, relata en el final de la charla.