El dedo acusador de Savino se levantó en el momento menos indicado

Del matrimonio por conveniencia que habían construido Gabriel Savino y Héctor De Francesco sólo quedó el arroz esparcido en la vereda de la iglesia. Ambos habían dado el "sí" para juntos cumplir el sueño de ser presidente y vice de Central Norte. A contramano del postulado matrimonial, el egoismo y los celos terminaron con la pareja antes que la muerte dirigencial pudiera separarlos.

Savino usó su red social para disparar odios y rencores contra el actual titular, motivo que le valió pedir "disculpas, siento vergüenza de haberlo dejado como presidente", dijo el renunciado ex titular.

De Francesco fue más cauto, aunque igual de duro: "Savino no tiene voz ni voto en el club". El contragolpe de Savino fue al hígado: "Estás figurando con el esfuerzo ajeno".

¿Por que se pelearon? Este combate se llevaba a cabo puertas adentro de la alcoba. Hace mucho que están distanciados aunque, para acallar los comentarios de pasillo, guardaban su bronca y sonreian falsamente para la foto. Savino y De Franceso tienen cosas en común: son soberbios, les gusta la figuración y ambos demostraron un desconocimiento absoluto para moverse en el complicado mundo del fútbol. "Algún día voy a contar el por que descendimos", dijo Savino en un error increíble: se olvidó que el era presidente del club cuando se fue al descenso en los fatídicos penales con Juventud Antoniana.

El mes entrante serán las elecciones en Central Norte, y se sabe que Savino está trabajando para que De Franceso pierda, y así redimir de alguna manera el "error de haberlo dejado como presidente". Savino se la tiene jurada y mastica en su alma una terrible sospecha: acusa en voz baja a De Francesco como el autor intelectual del ataque a balazos que sufrió en su domicilio por barras del club, lo que lo empujó a presentar su "pedido de licencia".

Savino atacó para cumplir la primera etapa de su plan: desprestigiar al actual presidente para restarle chances de reelección. De Francesco circula por el mismo sendero: le quita autoridad a su principal enemigo para que su opinión no pese demasiado en la interna política.

Mientras tanto, el equipo tiene que jugar 90 minutos con Mitre, y justo en estos momentos de definiciones a estos dos directivos con alma de divos se les ocurre correr el velo de la bronca y exponer sus diferencias en un espectáculo deplorable. ¿Era necesario justo ahora?

En fin. Ojalá que esta interna no salpique el presente del equipo, porque sería lamentable que el Cuervo quede en el camino del ascenso por estas peleas "intestinas", que lo único que pueden lograr es bañar al club de materia... y no gris, precisamente...