Gustavo Ruiz

Debut auspicioso

De la copa de un árbol al banco de Seleccionado

En su debut, Sampaoli demostró que los planetas se alinearon para augurarle buen futuro. Tuvo suerte, se movió más que Higuaín, le cayó bien a casi a toda la prensa y tuvo cautela a la hora de analizar las Eliminatorias.

Jorge Sampaoli es conocido como el entrenador que alguna vez dirigió un partido trepado a la copa de un árbol. Ese mismo DT fue el que hoy cumplió su sueño: dirigir a la Selección argentina, con Messi incluido. Las cámaras le dedicaron un buen tiempo a contrastar su imagen con Tité, el entrenador brasileño que, al revés de Sampaoli, estaba tranquilo, casi ni dio indicaciones y nunca perdió la calma.



La prensa porteña, que suele ser exigente con los técnicos del Seleccionado, tuvo más flores que palos para el flamante DT, argumentado cosas como que “desde afuera también se puede transmitir la pasión”, ante los gestos ampulosos y las indicaciones enfáticas del Pelado. Fue esa misma prensa que lo mataba a Darío Franco cuando era entrenador de Instituto de Córdoba o Defensa y Justicia, afirmando que los gritos y gestos del entrenador “terminaban confundiendo al jugador”. En fin…



Sampaoli tuvo suerte en su debut. Brasil no puso todo su potencial, aún así lo tuvo en un arco en el complemento con dos remates en los palos y un par de salvadas providenciales, como esa que Maidana sacó sobre la línea cuando ya entraba.



Argentina tendió sus redes pensando más en la contención que en la fantasía. Un planteo lógico pues Brasil viene con más tiempo de rodaje, Argentina se juntó hace apenas 3 días. Con la estrategia que usó Sampaoli no fue tan necesaria la intervención de Messi, que dicho sea de paso estuvo lejos de la sintonía sencillamente porque él está para otra cosa, no para correr y cerrar espacios.



Un triunfo ante Brasil siempre cotiza el doble, por más que lleve el rótulo de “amistoso” y soslayando, además, que el rival saltó a la cancha sin varias de sus figuras. El balance es positivo, pero más por el compromiso que por el triunfo en si mismo. Se vieron intenciones de aplicar una idea de juego, un tanto riesgosa, es cierto, pero por lo menos se intentó. Eso sí, habrá que aceitar el sistema de salir jugando desde el fondo, porque si le dan a Uruguay en el Centenario los regalos que le ofrecieron hoy a Brasil, Suárez y Cavanhi no son de perdonar.



A Sampaoli se lo conoció como el técnico que bajó de la copa de un árbol para sentarse en el banco de la Selección. Ojalá que en el futuro se lo reconozca como al técnico que bajó de una copa para levantar otra, de oro, en Rusia 2018.

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