Por el ascenso

Cuando a Gimnasia le ofrecieron un jugoso "incentivo", pero lo mejicanearon

En aquella oportunidad el Albo recibiría 80 mil dólares por ganarle a Mandiyú, pero les pagaron sólo la mitad. Un jugador "metió la mano".

Año 1993. Gimnasia y Tiro estaba en Primera división y el torneo estaba llegando a su fin. El equipo de la Vicente López ya estaba descendido, y el otro pasaje para la B tenía a dos involucrados directos: Estudiantes de la Plata y Mandiyú de Corrientes.



En Gimnasia estaba un ex jugador de la Selección nacional y de Estudiantes. El volante hizo las veces de intermediario: trajo una oferta tentadora para la época del 1 a 1: 80 mil dólares para los jugadores si le ganaban a Mandiyú de Corrientes.



Gimnasia se impuso esa tarde 1 a 0, condenando a los correntinos al descenso y decretando la salvación Pincharrata. Entusiasmados esperaron el premio. Y el martes recibieron en el vestuario un sobre de papel color marrón. En su interior había sólo 40 mil de la moneda norteamericana.



Le preguntaron al intermediario que había pasado: “Muchachos, al final terminé arreglando por 40 lucas, porque les pareció mucho 80”, fue la respuesta del jugador, ante la mirada desconfiada de quienes habían recibido el dinero y debían repartirlo con el resto de los jugadores que estuvieron en el partido.



“Me estoy enterando por vos, no conocía de ese episodio”, disparó Pedro Guiberguis al respecto. “No sabía nada…”, agregó luego. Como todos en el mundo del fútbol niegan la incentivación tajantemente. Aunque Pedro efectuó un remate por elevación: “Todos negamos la incentivación, que es como las brujas: nadie cree en ellas, pero que las hay…”.



Tiro Libre buscó el testimonio de otro integrante de aquél plantel, el inolvidable Loco Viano. “Yo no jugué aquél partido, por lo que no te puedo agregar mucho. Lo único que se es que algo hubo, pero no me preguntés que es porque no lo se”, dijo el Gringo haciéndose el distraído.



Ahora surge la posibilidad que Agropecuario incentive a Gimnasia para que le gane a los mendocinos y así abrazar el ascenso. Por eso la palabra “incentivación” suena en cada rincón del vestuario, y así será hasta el día del partido.



Lo cierto es que, más allá de las negativas, la historia que aquí narramos es totalmente verídica, pero difícilmente sea reconocida por los protagonistas que se amparan en esa ley no escrita de vestuario: “Hay temas que nunca se hablan, y la incentivación es uno de ellos”.

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