Matías Isola

Que Pasa Salta
Golpe de nocaut

Abregú y una dura derrota que puede poner punto final a su carrera

El boxeador norteño padeció en carne propia la larga inactividad y cayó por nocaut técnico en el tercer round ante el misionero Pedrozo.

Papelón, bochorno, escándalo. Sobran los adjetivos calificativos para definir lo sucedido durante la madrugada de hoy en el complejo Nicolás Vitale de barrio El Tribuno (ver link). La agresión por parte de un allegado de Luis Carlos Abregú a Juan Carlos Pedrozo tuvo una notable repercusión nacional y merece el inmediato repudio de todo el ambiente del pugilato. Como contrapartida, es bueno resaltar la actitud del boxeador misionero, que no reaccionó en ningún momento y colaboró con su postura para bajar los decibeles en un ambiente tenso y hostil. Un hecho lamentable que empañó un festival que tuvo un gran marco de público.



Por su parte, el árbitro de la pelea dejó mucho que desear. Dilató más de la cuenta el final que parecía cantado y permitió que Pedrozo castigue innecesariamente a Abregú, que ya por ese entonces estaba "sentido" y con la guardia baja, a merced de una decisión arbitral que nunca llegó. Falta de tacto y criterio para resguardar la integridad física del boxeador norteño. Por su suerte no hubo que lamentar una desgracia (se vivieron minutos de angustia arriba del ring).



En cuanto a lo estricamente deportivo, la derrota categórica del "Potro" en la categoría súperwelter (cayó por nocaut técnico en el tercer asalto) puede ser un punto de inflexión en su carrera boxística (ver link). El salteño por adopción (nació en Tucumán) pagó caro su larga inactividad (no peleaba desde el 8 de noviembre de 2014) y no estuvo a la altura de las expectativas que se habían generado en torno a la velada. No obstante, el anhelo de una nueva chance mundialista parece esfumarse para el boxeador de 32 años, que necesitaba imperiosamente una victoria para volver al ruedo internacional.



Hay dos aspectos que determinarán el futuro deportivo de Abregú: el físico y el psicológico. La decisión de "colgar los guantes" es pura y exclusivamente personal y seguramente es una opción que por estas horas merodea en la cabeza del tucumano. Lejos quedaron los memorables combates ante Antonin Decarie (2013 en Vélez) y Jean Carlos Prada (2014 en el Delmi), donde el "Potro" había demostrado todo su potencial y se había ganado el respeto del ambiente.



En el boxeo (como en la vida) el tren suele pasar una sola vez y esta lamentablemente parece no ser la expeción. Abregú tuvo una carrera más que digna con 36 peleas ganadas (29 por la vía rápida) y tan sólo 3 derrotas. La gran oportunidad la tuvo en Atlantic City frente al norteamericano Sadam Alí, por el título welter Intercontinental de la OMB. Pero no pudo ser. Y después llegó la tediosa inactividad que hizo mella en el boxeador norteño y lo disminuyó considerablemente. Lo de anoche no fue casualidad: el "Potro" no estaba en condiciones de afrontar un combate profesional y los resultados están a la vista. Se lo notó falto de ritmo y muy lejos del nivel que supo evidenciar en sus mejores épocas.



El tiempo dirá cómo continúa (si es que continúa) la carrera de Abregú. Sin embargo, en el cuadrilátero del Nicolás Vitale parecen haber quedado sepultadas las aspiraciones del boxeador que supo regalarle grandes alegrías al público salteño. A veces cuesta tomar tamaña determinación, pero el "Potro" recibió un duro golpe que puede madurar una decisión trascendental. No por la derrota en sí (es una posibilidad en el deporte), sino por la forma categórica y contundente.

 

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