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WhatsApp: de simple mensajero a una gran red social

Los diarios comienzan a usarlo para informar y las empresas para publicidad. Está en el celular de unos 18 millones de argentinos.

WhatsApp está entre las aplicaciones más bajadas y usadas por los argentinos. Y sus adeptos le están dando cada vez más usos. Muchos de ellos, sobre todo los más jóvenes, están transformando el mensajero instantáneo en una red social. Radios y canales de TV lo suman como un canal más de comunicación con sus audiencias. Hay diarios que lo utilizan para enviar noticias a sus lectores. Además, algunas empresas recurren a él para dialogar con sus clientes y hacerles llegar promociones. Y ya existen casos en los que se lo utilizó para difundir publicidad.

En un reciente trabajo en el que revisó la relación entre los argentinos y las nuevas tecnologías, la consultora Carrier y Asociados detectó un creciente uso de WhatsApp como red social. “Si bien se trató originalmente de una aplicación de mensajería, la incorporación de la función de Grupos le otorgó los condimentos para convertirse en una red social, donde se comparte todo tipo de contenidos como vínculos, imágenes y audio”, dicen desde Carrier.

La investigación registró que un 93% de quienes acceden a Internet desde el celular (más de 18 millones de argentinos) utilizan WhatsApp, y que de ellos un 68% participa de grupos; valor que se eleva al 79% entre los más jóvenes. Muchos de estos usuarios forman parte de múltiples grupos a la vez; por ejemplo, el de los amigos del fútbol, los papás del colegio y más.

“La principal ventaja que encuentran quienes usan WhatsApp como red social es el control de la privacidad. Sin tener que configurar o ajustar nada y sin ningún cuidado especial, el usuario sabe que solo accederán al contenido que envíe los miembros del grupo. Mientras que conseguir el mismo control en otras redes como Facebook es mucho más complejo”, dice Enrique Carrier.

Las empresas también se están fijando en el potencial de WhatsApp y su omnipresencia en los celulares. Unilever, por ejemplo, llevó a cabo para su marca Hellmann’s, una acción en la que chefs le sugerían a quienes lo pidieran recetas para cocinar usando mayonesa. La campaña funcionaba así: los usuarios debían ingresar su número de celular a un sitio web y después enviar, por WhatsApp, una foto que mostrara lo que tenían en la heladera además de mayonesa. Como respuesta y a través del mensajero, chefs les enviaban, usando fotos, videos y textos, recetas para preparar con lo que tenían en casa. La campaña se inició en Brasil y se extendió a la Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay.

Los medios de comunicación también están viendo este potencial. Muchos de ellos lo utilizan para recibir mensajes de sus audiencias, del mismo modo en que hasta ahora venían usando el mail o los SMS. Pero otros incluso están yendo más allá y comienzan a utilizarlo para difundir información. Ese fue el caso de The New York Times, que durante la reciente visita del papa Francisco a Latinoamérica usó el mensajero para que Jim Yardley, su enviado a la gira papal, difundiera información e imágenes. Para recibir la información, cualquier usuario de WhatsApp debía incluir entre sus contacto un número telefónico (el 001-347-346-3429) y enviar a ese destino la palabra “POPE”. Al parecer, la iniciativa tuvo más éxito del que podía soportar, porque muchos de los que intentaron usarlo no pudieron: los servidores se sobrecargaron.

Las apps de mensajería como WhatsApp o Line facilitan el contacto con los clientes de las compañías a muy bajo costo, dice Exequiel Arriola, director comercial de la agencia de publicidad móvil Kickads. “Algunas marcas están empezando a comunicarse con sus clientes vía WhatsApp. Lo importante es no hacer campañas intrusivas que ‘spameen’ a las audiencias. Impulsamos a las marcas a que utilicen un enganche creativo y le den algún beneficio al cliente que recibe el mensaje, para que no lo viva como una intromisión”, dice Arriola.

Para las empresas, de todos modos, recurrir a este mensajero tiene una importante limitación: WhatsApp no alienta ni facilita el uso de su plataforma por parte de otras compañías. Es decir, no les da un tratamiento especial, ni da acceso a su software para que sobre él se desarrollen otras apps. Por lo que se sabe hasta ahora, una megacorporación puede usar WhatsApp, pero debe hacerlo en las mismas condiciones que cualquier otro usuario.

Fuente: Clarín

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