¿Sos de llorar cuando ves una película? Tenés que leer esto

Lo admito: yo no lloro en las películas, ni en los libros, ni con música, ni siquiera después de muchas decepciones. Dependiendo de mis niveles hormonales, puede que sienta un nudo en la garganta después de leer que Sirius Black muere en los libros de Harry Potter, pero no va más allá.



Pero el punto es que, a comparación de mí, sí conozco muchas personas que lloran por casi cualquier cosa, ya sea una frase de un libro, una escena de una película, o un recuerdo lejano. Dicen que este tipo de personas han cultivado un valor muy olvidado en la raza humana últimamente: empatía.



Requiere a un tipo de persona muy especial sentir empatía. Muchos otros (como yo) son narcisistas y hasta sociópatas, no pueden ponerse en los zapatos de alguien más. Y aunque la falta de empatía puede ser bueno para alguien que se dedica a las ventas, no siempre es lo mejor.



El hecho de que te importen los demás requiere fuerza y mucha. La vida es brutal para algunas personas y si eres capaz de ponerte en sus zapatos y sentir ese dolor dice mucho de tu personalidad.



Dice que eres lo suficientemente fuerte como para soportar ese dolor, pero aún así sentirlo. Lo suficiente fuerte como para ser fuerte para los demás. No es una debilidad sentir algo por ellos, incluso si esa persona está en un libro o es un personaje ficticio. En realidad sólo nos demuestra que tienes un corazón, y que puede lastimarse como los demás. Pero aunque pueda romperse, al final de la película se recupera.



Poder recuperarse así dice mucho de la gente que llora durante las películas: ellas pueden separar la realidad de la ficción, pero no sin dejar de disfrutarla.



Y claro que esa no es la única razón por la que la gente llora. A veces las lágrimas corren porque han estado en el lugar de ese personaje; pueden ser lágrimas de recuerdos dolorosos y, esas películas, funcionan como catarsis, pues llorar es una manera saludable de desahogarse… no como el alcohol o el cigarro.



Quizá no sea la fuerza que la mayoría imagina en una persona fuerte, pero es una fortaleza emocional que todos deberíamos tener. Quizá no están haciendo pesas todos los días, pero están al tanto de sus sentimientos, y pocos pueden decir lo mismo.