#Vivir Mejor

Aprender a ver el vaso medio lleno: ¿Cómo miramos la vida?

La facilitadora del desarrollo personal, María Laura Collivadino, repasa algunas falsas creencias que nos pueden limitar en el día a día.

Collivadino conversó con Que Pasa Salta para explorar nuestras percepciones y sensaciones frente a lo que nos toca experimentar, que en ciertas ocasiones parten de un filtro a veces más consciente y a veces menos.



Establecemos como para parámetro para mirar la vida lo que algunos autores llaman 'Creencias Limitantes', otros 'Creencias Irracionales'. En este artículo usaremos el termino Creencias Limitantes para denominar aquellos modelos mentales que hemos asumido como ciertos (y no lo son) y los repetimos hasta el cansancio, a veces mecánicamente otras para intentar explicar las experiencias que transitamos y con las que muchas veces no estamos cómodos aunque no sabemos bien cómo hacer para cambiarlas.



"Estas creencias son generalmente parte del patrimonio familiar y están tan arraigadas que nadie se atreve tan solo a preguntarse por qué repetimos ciertas prácticas, vínculos o forma de vida: por ejemplo es muy propio decir y tantas otras repetir: 'la vida es muy difícil y cada cosa cuesta mucho', esta creencia limitante nos lleva a conectarnos con la carencia, la sensación de insuficiencia (no solo material, sino emocional) que nos hace sentir no merecedores de cosas buenas y abundantes; y aun cuando tenemos éxito económico o estabilidad financiera, no logramos disfrutarla porque estamos enfocados más en lo que puede llegar a faltar o escasear que en el disfrute de lo que tenemos", expresa la especialista. 



Asimis, comenta que lamentablemente esta idea de carencia no solo se aplica a cosas materiales, también puede llevarnos a pensar en que no somos merecedores de un buen amor, de una linda relación de amistad o un buen entorno de trabajo (esto a veces lo tenemos tan enraizado como patrón mental, que ni siquiera nos damos cuenta), pensando en que en algún momento se va a terminar, quien no escucho la famosa frase: “toda escoba nueva barre bien”; y por lo tanto nos angustiamos anticipadamente porque “lo bueno dura poco”.



Sin embargo, otras veces las recibimos como una herencia, que se convierte en un rotulo que termina definiéndonos en muchos aspectos de nuestra vida; ¿a cuántos de nosotros nos dijeron: ‘vos nos sos bueno/a para hacer deportes’? (incluso quizás como una broma, repetida unas cuantas veces), y como consecuencia resignamos todo intento; en realidad no sabemos si podríamos practicar este o aquel deporte; ya “nos apropiamos” del no y lo hicimos carne y habito.



Muchas de estas creencias son parte de nuestro discurso diario en forma de refranes y dichos; que repetimos a diario (algunas ya están mencionadas más arriba); otras muy comunes son: “lo que fácil viene, fácil se va”; “pobre pero honrado”, por citar solo dos y muy “nocivas”, ya que nos llevan a tomar como modelo el sacrificio y la pobreza, porque lograr las cosas fácilmente o tener éxito económico y financiero no es bueno (ser rico es ser deshonesto), nuevamente las creencias de carencias aparecen y nos aportan un lente para mirar la vida y justificar “lo difícil que ésta es”.

Comentarios

Tucomentario

Nombre

Más de Sociedad