Vamo' a jugar

¿Lo sabías?: Los juguetes sexuales son más seguros que los infantiles

Según un estudio, la mayoría cumple con la normativa sobre sustancias químicas prohibidas.

De acuerdo con un estudio realizado por la agencia sueca de productos químicos "Kemi", los juguetes sexuales son más seguros que los infantiles, al menos, en lo que concierne a determinadas sustancias químicas, informa el diario ABC.es de España.



De los 44 juguetes para adultos analizados, sólo uno de ellos contenía parafinas cloradas, una sustancia peligrosa para el medio ambiente que puede causar cáncer, por lo que no está permitida en el mercado.



Otros tres objetos de imitación de cuero para prácticas masoquistas tenían más de un 0,1 por ciento de phtalatos DHEP, una sustancia que no está prohibida por la Unión Europea pero si forma parte de una lista de ingredientes peligrosos, debido a que puede afectar el equilibrio hormonal y dañar la función reproductora. Sin embargo, al ser destinados sólo para uso exterior, su venta no se prohíbe.



Estos resultados contrastan con los obtenidos hace dos años cuando se analizaron juguetes infantiles. En el caso de los juegos para niños, la proporción de productos peligrosos era de un 15 por ciento (los sexuales apenas rondan el 2 por ciento).  Además, el 38 por ciento de los productos electrónicos contenía sustancias químicas perjudiciales. 



"Es positivo que la mayoría de los productos haya pasado esta inspección sin problemas, a pesar de que los juguetes sexuales pueden contener productos químicos peligrosos. Nuestra investigación muestra que otras compañías de otros sectores pueden aprender del trabajo que realizan las empresas fabricantes de juguetes sexuales en lo que respecta a las sustancias químicas", explica Frida Ramström, una de las inspectoras de la agencia Kemi.



Ramström indicó al diario "The Local" que era difícil determinar la razón por la que los juguetes infantiles contienen más productos químicos peligrosos, aunque aventuró que muchos son importados de Asia, donde los controles de seguridad no son tan estrictos como en Europa, explica.

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