¿Y si mimamos hoy y reflexionamos los demás días?

Cada vez que llega el 8 de marzo, muchas mujeres, no sólo de Salta, exigen que no se festeje ni celebre este día. Rechazan regalos como flores, bombones y esas cosas. A cambio piden que no las maten, tampoco maltraten, a ninguna, nunca más.  Claro, con tantos casos de mujeres muertas a causa de hombres que alguna vez dijeron amarlas,  es lógico que sea esa la mayor preocupación.

En segundo plano queda el debate por la igualdad y la incansable lucha por sus derechos; eje histórico y central del por qué se conmemora el Día Internacional de la Mujer.

Tal como se dice, el día de la mujer no es uno solo. Se las debe mimar durante todo el año y que el 8 de marzo debe ser un día para reflexionar. Me van a tener que disculpar pero pienso todo lo contrario.

Creo que mimarlas o regalarles algo (por más pequeño que sea) a las mujeres que nos rodean es un gesto que debe suceder en esta fecha.

Así como el maltrato le sucede al machismo, que debe ser erradicado, el regalo, la atención que le da el hombre hoy a su mujer, es casi una disculpa de quien vive en una sociedad machista pero no la comparte. Un reconocimiento a lo que suele vivir ella, recordándole además que, si bien hay mucho machista, existen muchos otros que las acompañan y entienden lo que sufren.

Los hombres, en los otros 364 días del año, debemos reflexionar acerca de lo imprescindibles que son. De las inequidades que sufren y de cómo (los hombres) debemos ayudarlas, valorarlas y respetarlas. Debemos aprender y enseñar que no se les pega, grita o denigra. Mucho menos se las mata. 

Pero no es una tarea de pocos. Cuando esa filosofía se instale en el inconsciente colectivo del género masculino, habremos logrado dar una respuesta positiva al –desesperado- pedido de ellas: #NiUnaMenos.