Un estilo diferente

Nuevo horizonte: los 10 vinos que reinventan el Valle Calchaquí

Vinos que respetan la esencia y el carácter calchaquí pero que apuestan por renovar uno de los terruños más tradicionales del vino argentino.

Torrontés, Cafayate y empanadas son las tres palabras que copan la mente la mente de todo vinómano al pensar en Salta. Un tridente famoso que ayudó a poner a los vinos del noroeste argentino en boca de los paladares más influyentes. Hoy, sin embargo, forma solo una parte de todo lo que hay para contar de los viñedos de altura. Nuevos orígenes y un estilo cada vez más refinado se instalan en la góndola de Salta y permiten ampliar el panorama sensorial. 



A continuación, los recomendados por vinomanos.com y Alejandro Iglesias.



Hermanos Cabernet-Malbec (2013, $180). La familia Domingo Molina es de las más tradicionales de los Valles Calchaquíes. Cuentan con dos bodegas, una en el pueblo de Cafayate, para sus etiquetas cotidianas, y otra en Yacochuya, exclusiva para su alta gama. Hermanos es la nueva línea de vinos jóvenes e imagen moderna que reúne la expresión de dos viñedos emblemáticos de la familia, Yacochuya y San Carlos. En el caso del Malbec-Tannat resulta un tinto con buena carga frutal sobre fondo especiado y dejos florales. Paladar caudaloso con estructura y sabores francos. Final firme, ideal con carnes y platos de carácter.



Abras Malbec (2014, $190). El enólogo Karim Mussi destaca en la escena mendocina con sus vinos de La Consulta, Valle de Uco. Sin embargo también hace de las suyas en Salta, donde logra este Malbec de expresión profunda y típica de los vinos de altura. Frutos negros y rojos maduros, trazos herbales y de pimientos, mientras que en boca es jugoso y vibrante. Paladar firme y regusto herbal. Tinto simple y muy sabroso, para picadas, tapeos o cazuela de cabrito.



Saltallary (2016, $260). El enólogo Matías Michelini, junto a Francisco Morelli, comercial de Bodega Tacuil, son los creadores de este curioso Sauvignon Blanc elaborado en partes iguales con vinos de Molinos (Salta) y Gualtallary (Mendoza). Una idea que surgió en una cena de amigos cuando cada uno presentó su vino y decidieron probar un blend in situ, algo que un año más tarde plasmaron en esta etiqueta junto a Raúl Dávalos, winemaker de Bodega Tacuil. Blanco de altos decibeles aromáticos con tonos cítricos y tropicales fundidos con notas vegetales y de hierbas frescas penetrantes. Ataque lineal con acidez chispeante y hasta filosa. Largo, será buen compañero de quesos intensos.



Mugrón (2013, $300). Primer vino salteño elaborado a diez manos y responsabilidad de los winemakers Paco Puga, Mariano Quiroga, Claudio Maza, Alejandro Nesman y Rafael Domingo. En un asado cranearon la primer versión de este tinto de edición limitada, solo 3546 botellas. El nombre remite a la técnica de reproducción de las vides, a partir de la cual se entierra un brote de una planta para dar origen a una nueva. Algo que representa a estos “salteños” por adopción. Blend de Cabernet Franc, Malbec y Tannat que resulta violáceo con aromas profundos de frutos rojos y negros maduros, hierbas aromáticas con dejos mentolados y trazo especiado. Brioso y amplio con fluir jugoso. Regusto confitado y fragante.



Laborum Single Vineyard El Retiro Tannat (2015, $330). Desde su llegada a Cafayate, el enólogo Mariano Quiroga se obsesionó con elaborar un varietal de Tannat. Su fascinación estaba bien fundada: en la finca El Retiro, propiedad de Porvenir de los Andes, se había encontrado con plantas de más de ochenta años de este cepaje. La edad de estas plantas es la clave que explica el equilibrio de este tinto, que sale al mercado a poco más de un año de su elaboración. Profundo, de tonos violáceos y azulados, es complejo y profundo, con frutos negros, especias y tonos balsámicos. Paladar intenso, ataque brioso pero que se balancea de inmediato gracias a una acidez refrescante. Taninos jóvenes de textura amable que permiten beberlo hoy o guardarlo por unos años más.



Estancia Los Cardones Tigerstone Malbec (2012, $380). La curiosidad lleva al winemaker Alejandro Sejanovich a vinificar cuanta uva se cruza en su camino. Esto lo llevó a armar un extenso porfolio para sus proyectos mendocinos, Manos Negras y Tintonegro, que también cuentan con vinos salteños. Los primeros fueron bajo la etiqueta Anko hasta que los suelos de Tolombón lo convencieron que era momento de pensar una etiqueta particular: Tigerstone. El nombre para este Malbec se debe a las piedras azules atigradas encontradas en el viñedo. De color violáceo profundo despliega notas de frutos rojos frescos y violetas junto a tonos de hierbas aromáticas frescas. En boca es fluido y envolvente, pero de textura polvorienta y taninos redondos, una curiosidad entre los tintos calchaquíes.



Alpaca Blend (2011, $390). Finca Quara, es una clásica propiedad de la familia Lavaque que hoy su suma a la renovación estilística de los vinos salteños. Alpaca son sus nuevos tope de gama, vinos modernos de cierto perfil clásico. Este blend, 80% Malbec y resto Cabernet Sauvignon, es profundo con expresión típica del valle donde las especias y las hierbas silvestres copan la parada. Buen caudal frutal en segundo plano donde también se aprecian los tonos ahumados de la crianza. Paladar intenso que fluye amplio y jugoso. Medio de boca carnoso que imprime gustos especiados. Final largo y elegante.



Seclantás Adentro Malbec (2012, $490). Alicia Hasenbalg y Ovidiu Carabianu son los propietarios de La Encantada, una pequeña finca ubicada entre Cachi y Molinos, a 2200 metro se altura, donde plantaron 2,5 hectáreas de viña que les permite elaborar este exclusivo Malbec. Un nombre fácil de comprender para quienes hayan recorrido alguna vez este rincón de los valles. Tal es la belleza y pureza de este terruño que Raúl Dávalos, asesor enológico de este matrimonio, decide embotellar el vino sin paso por barrica para dejar intactos los sabores del origen. El resultado es un vino con mucha personalidad y estilo que ofrece expresión vallista en nariz, frutos negros maduros y especias, mientras que en boca sorprende con paso contundente y frescura profunda, combinación que deja mudo a todo aquel que lo bebe. El ícono de la marca es un varietal de Tannat del que solo producen 600 botellas.



Pucará (2013, $490). Novedosa etiqueta elaborada con uvas de un viñedo biodinámico de a penas una hectárea ubicado en Angastaco a 2400 metros sobre el nivel del mar. La finca pertenece a un matrimonio suizo enamorado de la región y sus vinos que delega la producción a los hermanos Raúl y Álvaro Dávalos, de Bodega Tacuil. Es un vino intenso de paladar fluido y mucho carácter de altura. Sus aromas recuerdan a confituras de frutos negros con trazos herbales y mentolados, en boca es amplio y jugoso con textura amable y final vibrante.



Altupalka Malbec Extremo (2013, $600). Alejandro Martorell es un empresario salteño con antepasados vinculados a la industria en la región. Su interés por recuperar el legado familiar lo llevó a adquirir viñedos en Tacuil, el mítico terruño salteño, ubicado por encima de los 2500 metros de altura. Con las uvas de ese viñedo elabora dos vinos, un Sauvignon Blanc muy singular, y este tinto que bien ganado tiene el nombre. Es justamente el origen extremo de los frutos que permiten obtener un tinto profundo, concentrado y expresivo. De color violáceos con centro negruzco, cautiva con una aromática singular de frutos secos, ciruelas maduras y uvas pasas con tonos de licor de cassis. Paladar intenso y firme, de buen peso y volumen. Vino que mejora en copa y sin dudas tiene un largo futuro por delante.

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