Mikuna Huasi compadre: a este boliviano también lo queremos
Comida y atención: 4 cubiertos de 5 . Un buen lugar para comer comida boliviana, cerca del centro y a un precio accesible. Dirección: San Martín al 1244
Somos amantes del boliviano, no hay forma de abandonarlo. Pero esta vez nos fuimos a otro bodegón de comida boliviana. Entramos y vimos colgado del techo un montón de banderitas bolivianas y argentinas, las mesas con mantel y plástico y de fondo una tele de led bien polenta, con un pin pin al palo. El salón, es ideal para ir entre varios amigos a tomarte un buen sodeau y después de comer, correr las mesas y las sillas para ponerte a bailar hasta la madrugada.
La atención fue rápida y bien piola. Nos trajeron la típica salsa de ají (nivel de picante: mamita) y pan . Nos sentamos, pensamos dos segundos lo que íbamos a comer cada uno y los platos ya estaban en la mesa. Fuimos a comer estrictamente comida boliviana, pero lamentablemente y es por eso que no llegó a la máxima puntuación, había un sólo plato regional de Bolivia: el lapi con soltero.
Este plato la verdad estuvo muy bueno y es algo que no encontramos en nuestro querido boliviano Del Castillo. La delicia consiste en carne salteada con cebollita y bien jugosa, papa hervida, choclo y una ensalada que es el soltero: tomate en rodajas, cebolla cruda en juliana, locoto y queso rallado. Una plato para acompañar con 10 kilos de pan para sopar.
Los otros fueron más tradicionales, milanesa, matambre y cazuela de pollo, todos acompañados de arroz, ensalada y papas fritas. El albino progresista de la mila, después de tanto tiempo volvió al club y se pidió obviamente la milanga. Dijo que estaba bien, pero se puso exquisito por la presentación y porque el arroz estaba medio seco.
Por otro lado, el persa no opinó lo mismo porque su matambre estaba perfecto, bien cocido y rico. Y la cazuela de pollo de "la paya" estaba excelente.
Todas las porciones fueron generosas y además viene con un plato de sopa por lo que te dejan atornillau a la silla respirando cortito. Todo esto con un vino sodeau de botella y una gaseosa grande nos salió menos de $125 por pera. Un buen precio para lo que comimos.
Lo negativo fue que había pocas opciones y un sólo plato típico boliviano. No quiere decir que estamos en contra de una carta acotada, pero podrían tener dos platos bolivianos en el día.
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