Malos hábitos

El cura salteño acusado de abuso sexual juró por Dios ser inocente

Agustín Rosa negó conocer las acusaciones en su contra. Aseguró que la Justicia nunca lo llamó ni tampoco lo citaron por las denuncias canónicas.

TN llegó a Salta, a la Finca La Cruz, donde vive el Padre Agustín Rosa. Desde que la Santa Sede intervino el Instituto Religioso Discípulos de Jesús de San Juan Bautista que fundó y dirigió, es el lugar en dónde se desató el escándalo. Él y otros sacerdotes de la congregación tienen dos denuncias penales y 25 canónicas que incluyen abuso sexual de menores, corrupción económica y enriquecimiento, violencia psicológica y reducción a la servidumbre.



Ante la pregunta, Agustín Rosa negó conocer alguna acusación de abuso sexual de menores."No se quién pudo haber dicho eso porque nunca fui acusado". Admitió saber quién es Yair, uno de los denunciantes, pero dijo ignorar los cargos: "la Justicia nunca me preguntó nada". De los cargos formulados por la exmonja Valeria, dijo lo mismo: "Pregúntele a ella", se atajó.



Rosa desmintió rotundamente que algún joven de la congregación se haya acercado para pedirle ayuda por haber sido abusado sexualmente por otro miembro, como sostienen los denunciantes.



Cuando le consultaron sobre el consejo que les daba a las víctimas de quedebían perdonar "las debilidades de los sacerdotes", reaccionó: "Eso que lo digan cuando hagan un juicio. Tendré entonces la posibilidad de que ellos comprueben y se sepa la verdad de todo. Eso que dicen no pasó".



"Usted está diciendo algo grave", respondió cuando le preguntaron si era verdad que examinaba los órganos sexuales de menores a solas y los manoseaba. "No es verdad", dijo tres veces. "Además el superior no tiene contacto con ellos, yo no estoy en la casa de formación", intentó aclarar.



Con respecto a su posición sobre la cuestión de la pedofilia en la Iglesia, argumentó: "No solo en la Iglesia sucede, es un gran daño contra el que luchamos muchísimo. Nunca ocultamos ni favorecimos, tenemos nuestros reglamentos a los que recurrimos si hay algún problema de conducta entre los miembros".



Tranquilo y con una sonrisa durante la mayor parte de la entrevista, Rosa juró ante Dios ser inocente. Sin embargo, se le nubló la vista cuando recordó que, al iniciarse la investigación, tuvo una crisis vocacional.

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