Frontera caliente

Cómo funciona el tráfico de personas entre Salta y Bolivia, según Télam

La agencia nacional de noticias publicó hoy un contundente informe donde devela irregularidades en el control fronterizo.

En la localidad salteña de Salvador Mazza -conocida también como Pocitos- el cónsul de Bolivia, Omar Velásquez Baldiviezo, explicó a Télam durante una entrevista en su oficina sobre la ruta nacional 34 que quienes ingresan al país ilegalmente lo hacen porque "muchas veces no tienen el documento de identidad de origen, y hasta nos encontramos con gente que carece de partida de nacimiento, como si no existiera".



Testigo directo de decenas de historias de lucha y supervivencia de compatriotas de todas las edades, el cónsul contó que la gente se larga desde sus poblados de origen sin más herramientas que sus propios cuerpos y sueños a buscar futuro en la lejana Buenos Aires o, a veces, a pocos kilómetros de la frontera.



Como el caso de una ladrillera en Aguaray: en los primeros días de octubre último un hecho fortuito -la muerte de un compatriota- llevó al diplomático a un paraje en esa localidad, 20 kilómetros al sur de Salvador Mazza, donde unos 260 bolivianos que no tenían documentos, vivían y trabajaban en una ladrillera en condiciones de total precariedad.

 




"Fuimos al lugar pero, cuando la gente nos vio llegar, tuvieron temor de que los sacáramos a la fuerza. Nada más alejado de la realidad, sólo queríamos hablar con ellos, interiorizarnos de las razones por las que habían dejado Bolivia y, sobre todo, por qué no tenían sus documentos personales en regla".

 




El diplomático contó otro caso en el que la Gendarmería -que en un tramo de 55 kilómetros sobre la ruta nacional 34 hace al menos tres controles- encontró en Tartagal a un camionero que llevaba a un niño de 8 años. "El nene no hablaba mucho; boliviano, tímido, y tenía con él una especie de bolsa de dormir que era cartón prensado. Cuando le pregunté adónde iba, me contestó: 'Adonde todos van' (por Buenos Aires) a buscar a mi papá".



Después de la intervención de la fiscalía y del consulado, el camionero argentino quedó libre de cualquier cargo y el niño, con un salvoconducto que hizo Velasquez Baldiviezo, fue entregado a la Defensoría de la Niñez boliviana en Yacuiba porque "no pudimos dar con la familia del menor en Santa Cruz de la Sierra", señaló el diplomático.



El cónsul definió a la frontera seca como "imposible de controlar absolutamente", porque "geográficamente es como una especie de U con pasos no autorizados, con caminos, quebradas y gente que tiene el patio en el otro país. Y esto da una situación que colabora para el contrabando y todo lo que usted conoce", dijo, en referencia al narcotráfico.



También describió la situación de los migrantes ilegales: "Viven en el monte, cruzan por pasos no habilitados, a veces los cruza el empresario y a veces ellos mismos. Es triste y penoso que el propio boliviano explota a su gente, mete a la gente y luego se mueve de acuerdo a los movimientos de la policía y la Gendarmería".



Y para completar el escenario en el que desarrolla su tarea tuvo un comentario para el contrabando de granos -en particular de maíz- a Bolivia: "Es tremendo. Hace poco un camión con una carga no pudo subir porque los caminos son accidentados. El ayudante bajó del vehículo con la mala suerte que le pasó una rueda por encima al dar marcha atrás. Todo quedó en la nada porque estaba involucrada una persona de autoridad. El tráfico -describió el cónsul boliviano- va y viene, viene y va".

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