¿Nueva moda?

Cada vez más salteños se endeudan y piden su quiebra para no pagar

Es un nuevo fenómeno que creció en los últimos 3 años. Son personas que no tienen nada a su nombre y cobran en promedio 15 mil pesos.

En Salta, cada vez son más las personas que piden su propia quiebra por el nivel de endeudamiento que tienen. Esto generó una gran preocupación en Ciudad Judicial.



El nuevo fenómeno, que se denomina "quiebra del consumidor", se acrecentó en los últimos tres años. De acuerdo a las cifras que manejan en los juzgados de quiebra de la provincia, cerca del 70% de las causas que les llegaron en estos últimos años son pedidos de quiebras directos, que realizan personas físicas que no pueden afrontar la brutal deuda que acumulan en las espaldas.



"Hace 20 años había muchas quiebras hipotecarias, por deudas con los bancos. Hace 10 años las quiebras eran por deudas de créditos y deudas con el fisco. Ahora el fenómeno es la denominada quiebra del consumidor", señalaron desde Ciudad Judicial a El tribuno. Al tiempo que contaron que este fenómeno ya está siendo estudiado por la doctrina.



El perfil de estas personas que solicitan su propia quiebra se repite: trabajadores en relación de dependencia (del sector público y privado), con sueldos promedio (unos 15 mil pesos), que no tienen ningún bien a su nombre, solo el salario que reciben de forma mensual. La mayoría vive en casa de un familiar o alquila, no tiene auto y sacó préstamos para vacaciones o para afrontar deudas que ya tenían.



El año pasado, los Juzgados de Concursos, Quiebras y Sociedades de la provincia habían tenido el ingreso de 55 pedidos de quiebra directa, ya sea que fueran solicitadas por el deudor o por los acreedores. Y hasta fines de agosto pasado, ya se habían presentado 43. Estos números se pueden engrosar, ya que la quiebra, en muchos casos, es un proceso que comienza por la frustración de un concurso preventivo.



Solo en el Juzgado de Concursos, Quiebras y Sociedades de Segunda Nominación, desde el 1 de julio ingresaron 10 pedidos de quiebra directa. Ocho de ellas fueron solicitadas por el propio deudor (en su mayoría empleados públicos). Las otras dos son de concursos preventivos que fracasaron.



Una persona pide su quiebra cuando ve que no puede afrontar más una deuda, que en muchos casos es abultada, pide someterse a un proceso de liquidación de sus bienes y la solicita. Tiene que cumplir unos requisitos que están previstos en la ley, y cumplido esto se le dicta la sentencia de quiebra.  



Una vez que el juez dicta la sentencia de quiebra y se comprueba que esta persona no tiene bienes a su nombre, durante un tiempo (poco más de un año) se le embargará todos los meses el 20% del sueldo.



Si se tiene en cuenta un salario promedio de 15 mil pesos, el descuento que tendrá todos los meses será de 3.000 pesos. Al cabo de un año y medio de descuentos se habrá juntado cerca de 54 mil pesos. Con ese dinero se afronta el pago en el Boletín Oficial, la tasa de justicia, los honorarios de la Sindicatura y si queda algo será para los acreedores. El tema es que en muchos casos las deudas llegan a superar los 200 mil pesos, por lo que no se cubre casi nada con lo embargado.



Una vez que concluyó la quiebra, la persona física que la solicitó queda sin deudas, ya que todo lo que debía para atrás es inejecutable y no se puede reclamar.



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