JM Chalabe

Que Pasa Salta
¿Quién es responsable?

TECHO, un fin loable que terminó en una tragedia y desnuda la crisis habitacional

Este fin de semana, una mujer beneficiaria de la ONG murió intentando realizar una conexión eléctrica en su casa.

"No puedo culpar a un chico que quiera ayudar a que alguien tenga un techo", argumenta un amigo tratando de explicarse y explicar la tragedia ocurrida el fin de semana en Salta con una beneficiaria de TECHO.



Una joven de 21 años dejó huérfana a una pequeña de 2 años en el barrio Cerámica. El fin de los voluntarios de TECHO es más que noble. En Salta entregaron más de 500 módulos habitacionales en seis años. Les dieron techo a gente que vivía en condiciones más que precarias



Son cientos de chicos que invierten horas de su día, que sacrifican sus fines de semanas y feriados para ayudar a familias. Que si hay grandes corporaciones que usan a TECHO para reivindicar su imagen pública, para evadir impuestos, es otra discusión. Los chicos voluntarios no son el centro.



El punto es que las obras se hacen en un circuito casi clandestino ante el Estado que se hace el distraído con el déficit habitacional (en Salta hacen falta 90 mil viviendas más).  



Según el aporte de especialistas en la materia, estas obras no cuentan con un proyecto, un plano, nunca son verificadas y no respetan un circuito formal. El problema se genera a la hora de realizar las conexiones de luz, de gas y agua, instalaciones que al no ser hechas por profesionales se convierten en una verdadera trampa mortal.



Desde la organización aclaran que si bien construyen la solución habitacional no se responsabilizan de las conexiones. La cuestión se complejiza ante el mensaje de que "voluntarios" y "beneficiarios" pueden construir una casa, con todo lo que eso significa. La lógica de quien recibe la casa es, "si pude parar una pared porque no puedo dar luz a mi casa".



La informalidad en los servicios y en la tenencia de tierras hace más facil la "legalización de los asentamientos".  La explicación de referentes nacionales sostiene que, "busca transformar asentamientos precarios en comunidades integradas social y territorialmente, en un hábitat adecuado que les permita alcanzar su pleno desarrollo como familias".



Pero las buenas intenciones no alcanzan. Más que el Estado apoyar a este tipo de organizaciones debería ponerse a la cabeza del déficit habitacional que en Salta suma cada año que pasa, desde 2010, 6 mil familias sin techo. 

 

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