Si los boliches de la Balcarce se van ¿la violencia se acaba?

La teoría del funcionario municipal es que sacando los locales bailables del corredor -ultra visitado por salteños y turistas- se acabará para siempre con la violencia que se suscita cada fin de semana, pese a la cantidad de adicionales policiales que se destina a controlar la seguridad cada noche.  

En base a lo mencionado, hay dos posibles realidades: la primera es que si los concejales deciden darle pulgar arriba a la iniciativa, los propietarios deberán irse con la música a otro lado. Si no pueden hacerlo, tendrán que cambiar de rubro. Pero esa no es la mayor preocupación.

Basta con pegarle un vistazo a lo que pasa en la noche salteña para caer en cuenta de que cerrar los boliches en la Balca es tapar el problema con una “frazada corta”. Porque no es ese paseo turístico el único lugar donde se instala la violencia. Hay otros lugares donde los muchachos que salen a divertirse terminan a las piñas, cualquiera sea el motivo.

Está bien. Si se aprueba el proyecto de Avellaneda, es altamente probable que no haya más peleas ni desmanes en calle Balcarce y sus alrededores. Pero seguramente los violentos no dejarán de serlo sólo porque ello ocurra.

Es más que probable que los enfrenamientos se muden a otro punto de la ciudad a que se acaben por completo.  

Y si no se aprueba, el problema será mayor. Habrá que ponerse a trabajar aún más para reforzar los controles de ingreso de menores en los bares, pubs y boliches; las medidas de seguridad y todo ese tipo de cosas. También rezar para que los propietarios cumplan con todo lo exigido, que los pibes que van a “divertirse” no se ofusquen con tanta facilidad y que todo eso de resultado positivo.

El problema no es sencillo de resolver. Habrá que esperar.