A contramano

Mientras en Argentina la falta de billetes preocupa, en Suecia no quieren más efectivo

En el país escandinavo, dos tercios de los consumidores dicen que se arreglan para todo sin efectivo.

Hoy en Argentina será el segundo día del paro bancario por la discusión salario: para el titular del gremio, Sergio Palazzo la medida, que comenzó ayer, tuvo "alto acatamiento". Desde las cámaras empresarias aseguran que se trató de un día "con una operatoria normal con ciertas limitaciones" y que no faltaron los billetes.



Esa posible carencia de billetes, que tanto alertó a los argentinos en las últimas horas, no afectaría casi en nada a Suecia, que está en el proceso de convertirse en una economía sin efectivo.



El porcentaje de pagos en efectivo en el sector minorista cayó de alrededor de un 40% en 2010 a aproximadamente 15% en 2016, según el banco central de Suecia. Dos tercios de los consumidores dicen que se arreglan para todo sin efectivo; una proporción similar dice usar tarjeta incluso para pagos de menos de 100 coronas (unos 250 pesos).



En Suecia, según un informe de The Guardian, la mitad de las sucursales bancarias del país ya no aceptan ni emiten efectivo. Aún más, que las propias tiendas desalientan el uso de efectivo con avisos de que ya no aceptan billetes. Al punto que hasta los baños públicos de los centros comerciales instalaron inodoros sin efectivo, lo que obliga a los clientes a pagar desde sus celulares.



Agrega el diario británico: "El valor total de los pagos en efectivo en la economía ha caído a menos del 2% del Producto Interno Bruto (PIB). 'En un futuro no muy lejano, Suecia puede convertirse en una sociedad en la que el efectivo ya no se acepte', dijo el banco central sueco".



En Suecia es muy popular el Swish, un sistema de pago por celular, que es usada por más de la mitad de los 10 millones de habitantes de este país, según informó el año pasado la BBC. Agrega que este sistema, una app, le permite a los clientes enviar dinero de forma segura a cualquier otra persona que tenga esa aplicación, simplemente usando el teléfono celular.



Lanzado a fines de 2012, Swish ha crecido constantemente con más de 100.000 usuarios nuevos cada mes. Ahora tiene 6,2 millones de usuarios, más del 60% de la población. En diciembre, hubo 24 millones de pagos privados utilizando Swish y otros 6 millones por parte de las empresas, que pagan por el servicio.



La BBC informó el año pasado que las cifras del Riksbank (Banco Central de Suecia) muestran que el valor de la corona sueca en circulación pasó de unos 106.000 millones (US$13.000 millones) en 2009 a 65.000 millones (US$ 8.000 millones) en 2016.



The Guardian, sin embargo, enuncia un alerta: "La tendencia alejada del efectivo ha llevado al banco a investigar si Suecia debería convertirse en la primera economía del mundo en introducir una criptomoneda, el e-krona. Su preocupación es que los depósitos de dinero podrían pasar completamente por alto la seguridad del banco central, socavando el sistema de pagos del país y dejando a las personas vulnerables en una crisis financiera".



Asimismo, hay todo un sector de la sociedad en contra de este fenómeno, como las personas mayores. "Me gustan las tarjetas. Lo que me enoja es que hay cerca de un millón de personas que no pueden lidiar con tarjetas: los ancianos, los exconvictos, los turistas, los inmigrantes. A los bancos no les importa, porque (estos grupos) no son rentables", dijo Bjorn Eriksson.



Este hombre de 71 años —excomisionado nacional de la policía y expresidente de Interpol— es la cara visible de un movimiento llamado Kontantupproret ("La rebelión del dinero"), que también se preocupa por el robo de identidad, la creciente deuda de consumo y los ciberataques.



Este movimiento que exige que el futuro del dinero sea una decisión democrática, no solo para los bancos y las empresas.

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