Lo que viene

Macri quiere más sindicalistas presos antes de volver con la reforma laboral

Apuntan a los Moyano, Santa María y Alberto Roberti. El miedo a perder más capital político.

Mauricio Macri volverá a la carga con la reforma laboral en unos meses -tal vez en marzo-, luego que estallen nuevos escándalos judiciales de sindicalistas, entre los que se menciona a Víctor Santa María, Alberto Roberti, Carlos Quintana y hasta alguno de los Moyano.



La idea es generar en la sociedad un clima de condena hacia los dirigentes gremiales, que le quite legitimidad a los planteos que haga el sindicalismo contra la reforma, cuando se trate. la revisión de la estrategia es producto del aprendizaje de reforma previsional, donde el Gobierno se concentró más en conseguir los votos en el Congreso, que en mirar el impacto de la iniciativa en la sociedad y en los adversarios que podrían capitalizarlo.



La decisión de no presentar la reforma en las extraordinarias, como estaba previsto, responde a un cambio de táctica, pero no de objetivo, publica LPO, que igual reconocían que los costos políticos de la iniciativa abrieron un debate profundo en el gabinete.



El tema es que el propio Macri es uno de los más interesados en sancionar el proyecto de ley que descansa en el Senado desde noviembre y cuya aprobación le sirve como mensaje a los inversores para promover inversiones, más allá que se trata de una reforma laboral descafeinada que cambia poco en los temas que importan.



La idea de apurarlo para febrero no cerraba en las primeras filas del Gobierno, tras las traumáticas sesiones en Diputados para sancionar la reforma previsional antes de Navidad.



"Nos concentramos en juntar los votos y no miramos a la sociedad. El kirchnerismo aprovechó la situación y Macri perdió 10 puntos de imagen", explicaron a LPO fuentes del Gobierno.



Acelerar la reforma laboral para febrero no tendría un final distinto, o al menos nadie puede garantizarlo. El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, fue uno de los que advirtió que era demasiado voluntarista imaginar en en ese mes sería posible conseguir que una reforma tan delicada desde lo simbólico, pasara sin problema por las dos cámaras.



En el Gobierno ya hablan incluso de no llamar a sesiones extraordinarias e iniciar la agenda legislativa con el discurso presidencial del 1 de marzo.



Una idea de los referentes legislativos de Cambiemos fue dividir la reforma. Proponían reducirla al blanqueo laboral y al fondo compensador, dejar la actualización de la ley de contratos de trabajo para otro momento y sacar agregados menores por decreto.



Pero Macri y Triaca prefirieron ir a fondo con la ley y muchos legisladores los apoyaron. "El costo político se va a pagar por tratar la ley, ya no por su contenido. Es un disparate pagarlo en cuotas", sostuvo ante LPO otro legislador de Cambiemos.



Además, el contenido del proyecto tampoco tuvo el rechazo de la CGT, aunque el triunvirato no está dispuesto a promocionarla en el Congreso como exige Miguel Pichetto para ponerla en tratamiento.




Para ablandar a los legisladores el plan del Gobierno será esperar golpes de impacto con casos de sindicalistas corruptos como los que animaron los últimos meses. 



El clan Moyano no se quedará afuera, pese a la participación de Jorge Triaca en la inauguración de Sanatorio Antártida, en Caballito. Pronto se supo que era una maniobra de distracción. 



Por la tarde, el juez de garantías de Lomas de Zamora, Gabriel Vitale, pidió investigar un posible lavado de dinero a Hugo y Pablo Moyano en Independiente.



Fue poco después de confirmar la detención del vicepresidente del club, Noray Nakis y Pablo "Bebote" Álvarez, referente de la barrabrava del reciente campeón de la Copa Sudamericana. 



En el Gobierno aseguran que nadie protegerá a los Moyano en Tribunales, pero que además, pronto estallarán otros escándalos rimbombantes.



Uno de los apuntados seria Alberto Roberti, el sindicalista petrolero que es diputado hasta 2019 y que ayudó con el quórum a sancionar la última reforma previsional. Espera que le alcance pera no sufrir represalias.



En la provincia de Buenos Aires hay otros apuntados, como Hugo Quintana, de UPCN, que fue generoso con Vidal para acordar la paritaria de 2016 pero no estaría dispuesto a apoyar su reforma previsional. 



En el Gobierno confirmaron además que avanzar contra sindicalistas obscenamente corruptos como los platenses Balcedo y "Pata" Medina, despiertan una adhesión casi unánime y son pura ganancia política.


Comentarios

Tucomentario

Nombre

Más de Política