JM Chalabe

Que Pasa Salta
No será justicia

Los que no tienen que festejar: ¿se acuerdan de la niña wichi violada y embarazada?

En la semana, jueces y senadores salvaron del jury de enjuiciamiento al juez Mariscal Astigueta y al fiscal Cazón por el caso de la niña violada

El Día del Niño fue establecido en diferentes países, no todos con la misma fecha,por recomendación de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1954. La idea fue que todas las naciones del planeta establecieran un Día Universal de Niño (y las niñas), con el objetivo de motivar a través de su celebración "la fraternidad y a la comprensión entre los niños del mundo entero". Quién seguramente poco tendrá para festejar hoy en su día es Juana (nombre ficticio), la niña violada y embarazada en Alto de La Sierra, departamento de Rivadavia.



En los últimos días, se salvó del jury de enjuiciamiento al juez Mariscal Astigueta y al fiscal Cazón, magistrados que entendieron la causa. Responsabilizarlos desde esta columna por la actuación de la Justicia sería muy liviano. Pero, porqué se negó el derecho de que expliquen porque actuaron como lo hicieron. En todo caso, si no hubo responsabilidad tal, serían absueltos.



Vaya a saber uno porqué votaron así los representantes del Senado de la Provincia, Jorge Soto, María Silvina Abilés y Guillermo López Mirau, además de los jueces de la Corte Guillermo Catalano y Guillermo Posadas. Rechazaron la posibilidad de un enjuiciamiento pese a todo lo demostrado.



A pesar de que Juana tenía derecho a un aborto, no pudo hacérselo. En Salta, según la reglamentación del protocolo de aborto no punible requiere la autorización de un juez, a pesar de que la Corte Suprema de Justicia de la Nación ordenó que ese trámite no es necesario.  




Juana no hablaba castellano. Su familia poco y nada. Pero no tuvo traductor ni al formular la denuncia ni en el proceso judicial. Sus violadores, sí. Mucho menos contó con la asistencia del Estado durante los seis meses que duró el embarazo.




El caso avanzó poco y nada. Los intereses políticos se entrecruzaron en un caso que conmovió a la opinión pública nacional pero los esfuerzos llegaron hasta cubrir a quiénes deberían dar explicación por su actuación.



Mientras, la vida de Juana y la de su familia seguirá igual o peor que antes. Recuerdo fragmentos de la descripción hecha por Álvaro Ulloa del INADI. "...Tiene 12 años, no habla castellano, nunca fue al colegio...Tiene una discapacidad severa, nunca tuvo pensión ni cobró la asignación universal para la niñez, nadie le dijo que tenía derecho...En noviembre del año pasado seis o siete hombres la atacaron, la violaron y la dejaron tirada a orillas de la represa...Perdió su embarazo. Nadie se acercó a contenerla, a garantizarle atención médica, alimentación suficiente y ayuda emocional..." 



Juana es el reflejo de la situación que viven las comunidades originarias. Ella, con sus ocho hermanos y cientos de niños más, seguro no tendrán que festejar hoy.



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